Archienemigo

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Después del incidente que tuvo lugar más temprano cada uno acudió a su salón de clases, el día era bastante pacífico o así sería hasta que ese par se encontraran de nuevo, el odio que sentían el uno por el otro era enorme.

A pesar de que Beelzebub era muy corto de estatura poseía una presencia imponente, incluso se decía que a menudo se involucraba en peleas y siempre terminaba victorioso. En días normales si nadie se metía con su persona él tampoco lo hacía, sin embargo había una excepción, había alguien que sin motivo racional le irritaba y cada día sin excepción se encargaba de agredirlo de distintas formas.

Pensamientos de Gabriel:

«Otro día de clases inicia, afuera el clima es bastante extremo, desde hace una semana ha estado haciendo un frío insoportable, incluso se dice que podría nevar. Sería bueno que suceda, pero sé muy bien que eso le daría armas a cierto individuo para seguir haciéndome la vida imposible. Incluso esta mañana estuvo molestándome, pero no me quedaré de brazos cruzados, hoy le daré una lección»

El sonido de la puerta abriéndose sacó a Gabriel de sus pensamientos. El momento perfecto había llegado.

— Miren quién llegó, de nuevo usando ese ridículo gorro de mosca, pero debo admitir que es bastante adecuado para alguien que ama estar entre la basura.—

Las risas resonaron burlándose del recién llegado, así es, de trataba de Beelzebub, quién acostumbraba a usar dicho artículo en su vestimenta diaria.

Ante el claro desafío de Gabriel, Beelz se detuvo un momento, sonrió y continuó su camino. Con una mano tomó una de las sillas vacías que se encontraban junto al Gabriel, la movió haciendo que un rechinido muy molesto resonara en ese salón, finalmente se sentó en silencio pero sin borrar aquella expresión que había tenido desde que entró al lugar.

Gabriel comenzó a sentir una sensación extraña y al mismo tiempo aterradora, todo sucedió tan rápido que cuando pudo darse cuenta de lo que sucedía ya tenía la cabeza atorada en el respaldo de la silla.

— Ay, Gabriel ¿Cómo terminaste así? ¿Acaso no sabes sentarte correctamente?—

Mencionó Beelzebub burlándose mientras apreciaba la obra de la que acababa de ser autor.

Sí, todos los días era así.

Extra:

— ¿Por qué tienes el cuello rojo, hermano?—

— Una mosca me picó.—


Descripción gráfica de como quedó Gabriel:

Pequeños Inefables [Good Omens]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora