Le había dado su abrigo ¿Ahora como se lo devolvería? Jamás había visto a ese niño hasta esa ocasión, aunque por lo que sucedió podía notar que sus hermanos mayores se conocían... aún así no parecía una buena idea preguntarle a Gabriel.
El pequeño rubio estaba viendo por la ventana mientras pensaba en aquella preocupante cuestión, su familia siempre le había enseñado que cuando alguien te presta algo debes cuidarlo mucho y devolverlo rápidamente, por lo que esta vez no sería la excepción.
«Quizá lo vea en el receso» Pensó para sí mismo y regresó a sus actividades escolares.
Cuando todos los niños salieron a jugar al patio el pequeño de cabello dorados comenzó su búsqueda, se apresuró a ir al comedor pero no había nada.
Corrió hasta el patio de juegos y el resultado fue el mismo, en los baños, detrás del salón, abajo de las piedras... y ¡No estaba por ningún lado! Ahora la última esperanza era verlo en la salida, allí era el mejor punto de encuentro para los alumnos de cualquier grado y salón.Las horas pasaron y la campana que anunciaba la salida por fin sonó. Aziraphale se dirigió a toda prisa hasta el portón de la escuela, con mucha atención miraba los rostros de los niños que emocionados se dirigían de vuelta a sus hogares, muchas personas salían pero ninguno era él.
De pronto, vió entre la multitud a una persona que claramente resaltaba de entre los demás, su curioso gorro en forma de insecto era muy llamativo. Estaba seguro, él era con quién su hermano se había entretenido en la mañana. El temor le impedía acercarse así que lo observó discretamente por unos momentos.
—¿Que estás mirando? Ya es hora, vamos.— Una mano reposó en su hombro mientras estas palabras eran dichas.
Esperaba al menos tener un poco más de tiempo antes de que su hermano mayor, Gabriel, llegara.—Hermano, tienes una marca roja en tu cuello ¿Te sientes mal?—
El mayor hizo una expresión de desagrado, como si aquella pregunta le hubiera hecho recordar algo terrible, sin embargo no respondió e insistió en qué debían volver a casa. Mientras ambos estaban distraídos, Azira logró ver cómo la persona que estaba observando comenzaba a alejarse, por lo que sin pensarlo más jaló el brazo de su hermano para tomar el mismo camino que Beelzebub.
—¿Qué estás haciendo?—
—Necesito encontrar a alguien y esta es la única forma.—
En ese momento Gabriel miró a su alrededor.
—No me digas que quieres seguir a ese tonto, de ninguna manera te ayudaría en esto.—De pronto Gabriel se quedó callado, como si estuviera planeando algo, un pensamiento que lo hizo cambiar su expresión por completo.
—Cambié de opinión, vamos.—
Aziraphale lo miró desconcertado, pero debía darse prisa antes de que su inestable hermano volviera a cambiar de parecer.
Así ambos hermanos caminaron detrás del joven, tratando de pasar lo más desapercibidos posible.
Escondiéndose entre los arbustos, fingiendo estar viendo los árboles y admirando las flores... hasta que:— ¡Si van a seguir a alguien al menos actúen natural, dejen de ser tan obvios! ¿Que demonios quieren?—
—Deja de hablar tan agresivamente al menos por una maldita vez ¿acaso no ves que hay niños presentes?—
«Acabas de maldecir justo en frente de mí, hermano» Suspiró Aziraphale.
—No queremos molestar, solo quería encontrar a tu hermanito para devolverle el abrigo.— Dijo el más pequeño después de haber reunido valor para tomar la palabra.
—¿Ah? ¿Solo eso? A ese bastardo no lo encontrarás aquí, lo regresaron a casa porque estaba enfermo.—
Entonces era esa la razón por la que a pesar de que buscó con tanto esmero no había podido verlo, sin embargo, ya había llegado hasta ahí y sería un gran desperdicio regresar sin haber logrado nada.
—¿Puedo... visitarlo? Debo devolver esto y además disculparme, se enfermó porque me dió su abrigo.—
—No me importa mientras no traigas a ese animal contigo.— Dijo mirando fijamente a Gabriel.
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Pequeños Inefables [Good Omens]
FanfictionHistorias cortas con todos los personajes de Good Omens en forma de niños.