Parte 14

660 117 85
                                    

Baekhyun levantó la mirada, escuchando el parloteo estridente en los pasillos. El timbre que daba fin a la jornada escolar había sonado tan solo un par de minutos antes. Ahora el salón estaba vacío.

Baekhyun hizo tiempo y esperó hasta que todo se tranquilizó para empezar a caminar fuera. De ese modo no era aplastado por el resto de chicos que anhelaba salir.

Dos estudiantes solitarios caminaban delante de él.

—¿Chanyeol? —preguntó el rubio—. No tengo idea y no me interesa. Él fue quien dijo que ya no quería vernos más, ¿no lo recuerdas, Sehun?

El chico, Sehun, hizo una mueca dolida. Ambos se habían molestado mucho cuando Chanyeol eligió a Baekhyun sobre ellos.

No fue su culpa, sin embargo. Baekhyun no le obligó a elegir, él simplemente... lo hizo.

Baekhyun obligó a sus pies a retroceder y regresó por el camino que había andado. Los salones ya estaban vacíos y Baekhyun fue pasando, mirando por las ventanas hacia el interior.

Al llegar al final del pasillo, eligió salir por la puerta trasera.

Respiró una bocanada de aire antes de irse, sin mirar atrás.

De camino a casa pasó por el parque. Aquel árbol grande y solitario seguía dando una cómoda sombra, un refugio seguro del sol, en el lugar de siempre a estas horas.

Baekhyun pasó de largo.

Cuando llegó a casa, fue directamente hacia la sala, dejando caer su mochila en el sofá de dos plazas.

El lugar estaba extrañamente en silencio.

—Estoy en casa —declaró, yendo hacia la cocina. Abriendo el refrigerador, observó el contenido. Una caja de leche y una solitaria manzana. Tomó la fruta y le dio un mordisco.

Observó el lugar, pensando que iba a extrañarlo. Ya se había puesto cómodo, y estos últimos meses habían sido el tiempo más largo que Baekhyun estuvo en un mismo sitio.

También iba a extrañar la escuela. No era interesante para nada, pero todo tipo de personas bellas iban ahí. Montones y montones de jóvenes de ojos profundos y miradas expresivas.

Acuclillándose, Baekhyun observó los frascos medianos llenos de líquido transparente. Un par de esferas blancas flotaban en cada uno de ellos.

Tomó el frasco más cercano, donde un par de pupilas marrones lo encontraron, antes de girar hacia lados contrarios.

Pensó en Chanyeol y lo histérico que se había puesto cuando Baekhyun le enseñó su adorada colección.

Pensó en lo emocionado que había estado cuando creyó por fin haber encontrado en Chanyeol a su otra mitad. Su alma gemela perfecta. Alguien que realmente le entendiera y lo amara.

Pero al final, solo hubo decepción, una gran decepción que había sentido en el momento en el que Chanyeol lo empujó, con un rostro lleno de disgusto y terror. El frasco que contenía su sorpresa se había caído y roto en pedazos, provocando que los dos ojos de pupilas azules terminaran rodando bajo el sillón.

La peor parte no fue Chanyeol llamándolo "loco", "enfermo" y "asesino". No, lo peor de todo... había arruinado su alfombra. Eso es lo que más le enfureció, se dijo a sí mismo.

Ah, Baekhyun había tenido tanta esperanza. Lo había añorado tan intensamente.

Baekhyun solo podía pensar en que esta opresión en el pecho debía ser eso exactamente, una gran decepción carcomiéndolo por dentro. Porque las lágrimas deslizándose por sus mejillas, mientras aferraba el frasco con fuerza, debían de significar algo, ¿no es así?

Lamentablemente, no creía que eso tuviera alguna importancia ya.

Ahora, Chanyeol no era nada más que una simple pieza de su colección. Quizá, la más valiosa de todas.

Eyes on You《ChanBaek》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora