Debido a que había viajado con una piedra dimensional, Tatiana se dio cuenta que ella estaría ocupando el cuerpo de sus yos alternos en cada mundo que viajara, era una suerte que hubiera leído sobre el tema hace años, porque obviamente Lucas no se había molestado en explicarle. La sensación no era mucho más extraña que la de renacer, pero seguía sintiéndose fuera de lugar tener siete años otra vez.
Si ella no estaba mal y recordaba toda su lectura, la piedra dimensional estaba ahora en su corazón, junto con su cristal de mana no consumido, desde allí la guiaría a conseguir su cometido a través de las dimensiones y sería expulsada una vez regresara al mundo donde pertenecía.
¡Bien! Después de maldecir a Lucas un poco, Tatiana miró a su alrededor.
—¿Y en donde estoy?—ella definitivamente no estaba en los jardines del Palacio Esmeralda o Granate. Si había entendido de forma adecuada, ella sólo tenía que buscar las plumas del ave sangrada, y la piedra haría el resto guiándola, ¿no?
Haciendo sus pequeñas manitos puños, se decidió a buscar aquellas plumas.
¡Le demostraría a Lucas que podía hacer su trabajo mil veces mejor que él!
—¿Taña? ¿Dónde estás, querida?
¡Huck! ¿Quién la llamaba? ¿Acaso esa voz era...?
No podía ser... sus oídos la debían estar engañando.
—¡Taña! ¡Aquí estás! ¿Qué estabas haciendo tan llena de pasto?
Suave cabello cobrizo largo y sedoso, ojos marrón chocolate y una tez blanca como una flor. Sonia Le Foy estaba frente a ella, sonriéndole por completo desconcertada.
Tatiana no lo pudo resistir, era su madre a la que veía, luego de saberla muerta en su mundo por años.
—¡Mamí!— se abalanzó sobre su madre, llorando. ¡Había pasado tanto tiempo que no olía su perfume ni escuchaba su voz! Cuando la calidez de sus brazos la rodeó, Tatiana lo supo, realmente era ella.
¡Era su mamá!
—Taña. ¿Qué pasó? ¿Te hiciste daño?—la preocupada Sonia se inclinó, para revisar a su hija, pero aún llorando, negó.
—No, no, mami. Taña está bien, es sólo que- que- ¡Taña extrañaba a mami!
Sonia se rió.
—Pero si nos acabábamos de ver en el desayuno. ¿Qué te pasa? ¿Es esto por tu padre? Ya te dije que hoy volverá de su viaje, no debes llorar por eso, ¿vale? Ya te lo expliqué, Taña no puede salir porque su salud es delicada.
—¿Uh? ¿Lo es?—enjugándose las lagrimas, Tatiana frunció su ceño. Si en verdad en ese universo era enfermiza, era realmente extraño, pues no se sentía distinta a su universo original.
—Tatiana Whestern, eres realmente una niña distraída—Sonia volvió a reírse, cargando a su pequeña hija contra su cadera.
¿Eh? ¿Había escuchado bien? ¿Ella había dicho Whestern? No Le Foy, muchos menos Day, ella había dicho Whestern.
Una vez Sonia la llevó de vuelta a lo que, descubrió, era una amplia mansión, Tatiana no pudo dejar de mirarse al espejo de su habitación. Resulta que ella... ¿tenía ojos grises?
Eso era realmente extraño.
¿Acaso eso era posible? ¿Era posible que ella existiera teniendo otro padre? ¿No eran acaso los seres humanos una mezcla única de su padre y madre como para que ella fuera simplemente hija de otro padre que no fuera Claude?
Al tocar el anillo en su pequeña mano izquierda, Tatiana lo supo. Por supuesto... un hechizo de disfraz.
Al quitárselo, Tatiana volvió a ser la pequeña niña de ojos azul enjoyado que recordaba.
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Las divertidas aventuras de Taña a través de las dimensiones.
Hayran KurguTatiana Day Obelia ha cometido otro error, retó a Lucas, el Gran Mago de la Torre Negra y él respondió en igual forma. ¡Ese sucio mago ahora la ha obligado a viajar entre dimensiones para buscar unas horrorosas plumas mágicas para sus experimentos! ...