18. regreso a casa y asados

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Estábamos volviendo ya a casa. Como cuando veníamos, Cindy y yo estábamos en la parte trasera y los chicos enfrente que mantenía una conversación (para ellos entretenida) sobre deportes. Yo podría decir que, hacia los mismo, si no fuera porque la baba de Cindy ya se mezclaba con mi cabello. Álvaro me miro divertido atreves del espejo, pero no hizo nada, aunque tampoco pretendía que hiciera algo.

Álvaro le hizo una señal a Scott para que mirara hacia mí, a lo que este lo hizo y rio divertido por la situación, quise sacarles el dedo medio a ambos, pero ese no era mi estilo. Además de que Cindy estaba aplastando mi brazo. Al final, me uní a ellos en las risas divertidas y terminamos por despertar a Cindy con nuestras risas, quien, por primera vez, vi de malhumor. No le agrado que no la dejásemos dormir y por tanto puso mala cara, se giró hacia el otro lado y continúo soñando con angelitos.

-tienes toda una bella durmiente por esposa- comento Scott divertido, quien comenzaba a tomarle confianza a ambos y ya bromeaba bastante con Cindy y entablaba conversaciones que le interesaba con Álvaro.

No me necesitaría al final de todo. Lo dejaba en buenas manos.

Lo último me hizo sonreír y doler un poco el pecho, no quería que Scott o su estado de ánimo dependiera de alguien más. Pero también sabía que estaba pasando la misma situación de perder un padre. La primera vez, siendo aun un niño, se sumergió en una pequeña depresión, a la cual, con ayuda médica y apoyo de su Bill y de mí, logro salir. No quería que sucediera lo mismo.

-saben, a papá le gustara verlos-comento Scott y Álvaro sonrió. Cindy aun roncaba.

-a nosotros nos agradaría volver a verlo, nos ha caído muy bien- todos sonreímos.

-se pondrá feliz cuando le diga que tendremos visita-

-oh no queremos importunar, se ve que esta delicado-

-no le molestara, eso es lo que más falta le hace, despejar su mente, y tu mal gusto por equipos de básquetbol le hace divertirse- Álvaro hizo mala cara por su comentario y yo reí viéndolos -claro, si no tienen algo que hacer, es una invitación abierta-

-nos encantaría, nos ha agradado mucho y claro que no hay nada mejor que pasar el día junto a ustedes, que son nuestra familia ahora- nosotros le sonreímos agradecidos y enternecidos.

El camino a casa se hizo ameno, a pesar de durar algunas horas. Ambos chicos se veían bastante relajados, Álvaro seguía serio, pero hablaba más que antes, no conmigo, pero si con Scott, lo cual no me molestaba, se veía que era incluso un poco tímido. Pude hacer todas estas observaciones por el aburrimiento, literalmente me pase cerca de tres horas mirándolos a ambos y a la naturaleza, la cual me había agobiado un poco, todos los árboles eran iguales y tan diferentes que al final, renuncie por completo a ver la naturaleza y mejor mirar a los chicos, quienes mantenían una conversación divertida y me unían a veces.

-llegamos- anuncio Scott y yo suspire aliviada, estaba muy cansada, en serio.

-levanta ya- murmure cerquita a Cindy quien me ofreció un gruñido y luego comenzó a ser un ser humano nuevamente y muy despacito. Yo reía y esta volvía a recuperar su alegría habitual.

-amor- era Álvaro, quien estaba en la puerta de Cindy mirándola fijamente, esta se acurruco en su pecho y este le dio un besito en la cabeza haciéndome enternecer -amor, nos quedaremos con los chicos un rato, además, Bill quiere vernos- ante la mención del patriarca de esta familia esta levanto la cabeza y sonrió feliz.

-ohh ya quiero verlo- murmuro contenta y yo reí. Eso causaba Bill en todos nosotros, era esa lucecita en nuestros caminos, esa que te decía que los ángeles hechos personas aun existían.

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