Capítulo 3: Guardia Doble

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Axel avanzaba velozmente con un único objetivo: Ayudar a Thresh. El estar sosteniendo la espada cada vez se le hacia más fácil a pesar de su "Condición" de espíritu, parecía acostumbrarse a tener aquel frío metal oxidado por el tiempo entre sus espirituales manos.
Cuando llegó a donde se hallaba Thresh, se encontró con una imagen sorprendente: El ser con armadura pelaba contra una mujer que tenía numerosas lanzas atravesando diversas partes de su delgado, casi esquelético, cuerpo.

-Pero... - Trató Axel de hablar

-¿Qué haces aquí? - Interrumpió Thresh el intento de articular palabra de Axel

Axel no pudo evitar alegrarse al ver a Thresh de una pieza, aunque no sabía el motivo, se sentía muy seguro con el carcelero, después de todo, solo lo tenía a él.

-vámonos, Kalista se encargará de ese caballo malhumorado- Sentenció Thresh comenzando a salir del lugar.

El humano perdió la concentración y dejó caer la espada oxidada, la cual se rompió en dos debido al impacto contra la vieja piedra de aquel coliseo en ruinas. Acto seguido, Axel aceleró el paso para caminar a la par con el carcelero.

-Esto...¿Quién era la mujer lanza?- Preguntó Axel algo confuso

-Kalista, el espíritu de la venganza, tiene ciertos roces con Hecarim- Respondió el carcelero confundiendo aún más al humano

Axel decidió por su bien no seguir preguntando y obedecer en todo al carcelero, al fin y al cabo, de el dependía su supervivencia.
Inconscientemente, se dejó llevar por su lado más terrenal, mostrando una de sus manías: agarrar el brazo de alguien al caminar.
El humano se agarró con ambas manos al frío brazo de Thresh.

-¿¡Que estas haciendo!? - Exclamó el carcelero aún dejando que el chico tomase su brazo

-Lo siento, es una manía terrenal que tengo, lo siento- Se disculpo Axel sin ninguna intención de soltarle el brazo a Thresh

El carcelero, aún no estando de acuerdo con el gesto del humano, lo dejó anclarse a su brazo, después de todo, era un sentimiento extraño que lejos de disgustarlo , lo hacía sentirse confuso.

Axel se sentía seguro aferrándose al brazo de Thresh, aunque estuviese frío y emanase un aura bastante peculiar, era lo único que tenía y ha decir verdad, a pesar de todo el sufrimiento que Thresh le juraba, nunca llegó a ponerle un dedo encima, así que al fin de cuentas comenzaba a apreciar la frívola compañía del carcelero implacable.

-Bienvenido al altar etéreo- Dijo Thresh con aires de grandeza

Ante los ojos del humano se erguia una estructura parecida a un templo con muchas columnas, tenía un aspecto abrupto y sombrío, la naturaleza, la poca que sobrevivia a las sombras, se enredaba entre las numerosas columnas de aquel altar congelado en el tiempo.

-¿ Aquí es donde vives? - Cuestiono Axel señalando la antigua estructura

El carcelero asintió sonriendo maliciosamente.

-Te va a encantar- Sentenció Thresh entrando al altar acompañado de Axel el cual, seguía anclado a su brazo.

Una vez ingresaron en el templo, al carcelero se le ocurrió la brillante idea de llevar al humano a la bóveda de las almas, un lugar donde se encontraban las almas que a menudo torturaba. Cuando llegaron a la bóveda, lo único que pudo ver Axel era centenas de fuegos fatuos arremolinados sobre una especie de cúpula pegada al suelo.

-¿Te gusta lo que ves? - Pregunto el carcelero esperando ver la reacción de Axel

-¿No te cansas de torturar? - Devolvió el humano la pregunta sin mostrar el miedo que en realidad sentía

Esa, al no ser la respuesta que el carcelero esperaba, hizo un sonido de molestia. Acto seguido, alzó la linterna comenzando a absorber a todas las almas presentes, incluido Axel. El humano no entendía los cambios de humor tan repentinos de Thresh, y aunque estaba aterrorizado se dejó arrastrar por la linterna, siendo llevado a un lugar oscuro, húmedo y a la vez llameante. El lugar estaba envuelto en un aura de misterio, a ratos era silencio, otras veces era puro vocerio por parte de las almas allí encerradas, todo era demasiado para Axel e inconscientemente, comenzó a arrepentirse de haber molestado al carcelero.

Enganchados (Thresh x Humano) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora