Capítulo 5: Juegos de Poder

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HOSTAL "TÚ Y YO", CINCINNATI, OHIO (ACTUALIDAD)



- El oncólogo al rescate como siempre - sonrió Wilson - Himesh Bashkar, lo conozco bien, he leído todos sus artículos relacionados principalmente a hematología, es brillante.

- Y un pelmazo, pero esa vez me ayudó.

- Ahora que recuerdo, una vez me lo encontré en un congreso en Minnesota donde él era el expositor, me acerque a felicitarlo y al presentarme me preguntó de donde venía. New Jersey, y el me preguntó si conocía el Princeton-Plainsboro y yo le respondí que si. "Animo mi amigo, debe ser duro trabajar allá" - dijo Wilson - primero lo asocié por la población oncológica que manejaba, pero ahora pienso...¿no lo habrá dicho porque sabias que tú trabajabas ahí?

- No lo tomes en serio, es un payaso - señaló House, pero James lo miró refutándole - esta bien un payaso que sabe un poco de la sangre, eso es todo.

- Dame un poco más de contexto Greg - dijo Wilson - quiero ver si puedo llegar al diagnostico antes de que me lo digas.

Wilson se levantó al baño y tuvo problemas para caminar derecho y House sonrió.

- Dispárale a la taza de en medio - dijo riendo y Wilson respondió levantándole el dedo del medio.

- Sígueme contando, yo puedo escucharte desde el baño

-No seas cerdo, no puedo hablarte si tienes la pinga afuera - rio House - además es tu turno de contarme tu historia.

- Usare mi carta del cáncer - dijo Wilson - cuéntame un poco de Rebecca, quiero ver si yo hubiese sido capaz de llegar al diagnostico.

- Ni siquiera eres capaz de achuntarle al WC, desde aquí te escucho salpicar, puerco.

- ¡Que te den!, cuéntame de la paciente, me dijiste que era una joven periodista embarazada.

House suspiró y finalmente dijo:

-Esta bien, pero no te daré más cartas de cáncer, embustero. Si, eso dije, y su familia...


01 DE ENERO DE 1992, ANN HARBOR, MICHIGAN (VEINTE DÍAS ANTES DEL INGRESO HOSPITALARIO)


- Deberías tomártelo con calma, estás embarazada y yo estoy en casa - dijo Tom quitándole la caja que estaba acarreando.

- Estoy embarazada, no inválida - respondió Rebecca - además, esta monotonía me está matando.

La chica suspiró cediendo finalmente la caja que estaba llena de libros de cocina. Se habían cambiado desde su pequeño departamento a las afueras de Detroit, uno pequeño que amaban debido a que era el fruto de sus propios esfuerzos, aunque tuviese un tercio de espacio que el actual. Su padre había insistido en que se trasladaran, y se había aprovechado de que hacía dos semanas se había sentido mal mientras Tom estaba de viaje para aparecer en su puerta e insistir para que se mudaran a las dependencias que tenían en Ann Harbor donde su familia tenía un enorme terreno provisto de una serie de casas para visitas cerca de la principal.

Se había resistido al principio, pero por otro lado había estado muy asustada en esa ocasión en que se sintió mareada y casi perdió el conocimiento sin que hubiese nadie para ayudarla. Se había arrastrado hasta su teléfono y cuando se proponía a llamar a Tom, se dio cuenta que él estando en New York lo único que lograría sería asustarlo, no quiso llamar a su padre así que marcó el numero de Eliza, su madrastra. Había llegado cerca de una hora después y la abrazó con cariño.

-Debemos ir al hospital Becca - le había dicho mientras preparaba un bolso con ropa - y ya debes empezar a tener listo tu equipaje de parto.

- Es solo un mareo - protestó la muchacha - solo tiene 20 semanas, pensábamos preparar las cosas de hospitalización a la semana 30.

House M.D: Todos MientenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora