•» Undertaker «•

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*Créditos de la imagen a su respectivo autor.*

ADVERTENCIA: Todo lo escrito en este tipo de letra son recuerdos.

ADVERTENCIA: Contiene +18, no tan explicito pero lo contiene.

Leer bajo su propia responsabilidad.

— ¡No lo han intentado todo! ¡Debe haber algo más!

La mujer tosía cómo si el aire poco a poco se le acabará. El de cabello plateado se giró a verla, ese no podía ser el fin... La mujer tomó con fuerza su estómago, realmente dolía y su garganta no dejaba de hacerle escupir sangre al toser. Los doctores se miraron entre ambos, realmente ya lo habían intentado, pero esa enfermedad no tenía cura.

— ¿Cuánto quieren? —Insistía el de cabello plateado, los doctores inmediatamente negaron.

—No se trata de dinero, señor. Usted sabe que ella siempre fue buena con nosotros, haríamos lo que fuera para mantenerla a salvo pero... simplemente ya intentamos todo... —Susurró con pesar uno de los doctores. La mujer de cabello ___ era una auxiliar en ese pequeño hospital de Londres. Se había ganado el cariño de todos ahí y sabían perfectamente de la relación que tenía con aquel que tan desesperadamente aún ofrecía dinero por salvarla.

La mujer tosía más agresivamente, ya no podía controlarlo. Cubría su boca con las manos para que la sangre no saliera proyectada, pero en cambio sus manos terminaban manchadas. Los doctores, realmente dolidos, se retiraron del lugar para darles privacidad. Undertaker sacó un pañuelo y limpió cuidadosamente la sangre esparcida, la mujer se giró enseguida al ver su cercanía.

—No te me acerques... Puedo... Puedo infectarte también de algo. No sabemos que es, pero no quiero correr riesgos. —Susurraba ella mientras algunas lágrimas amenazaban por salir. Undertaker sonrió ligeramente y la hizo volver a mirarlo, acariciando con cuidado sus mejillas.

—No vas a hacerme daño. —Aseguró el masculino. Ella le sonrió.

—Siempre me he preguntado cómo es que no le temes a la muerte.

Undertaker soltó una risa, sentándose a su lado mientras sujetaba la mano derecha de su amada.

—Yo soy la muerte. —Aseguró riendo, ella también se rió y colocó su cabeza sobre el hombro del hombre.

—Sí, claro.

Al cabo de unos minutos, la mujer quedó completamente dormida, Undertaker le besó la cabeza suavemente, sin intención de despertarla. Ella desconocía el hecho de que él era un shinigami... o más bien, lo fue. Pues aunque aún tenía ese poder, había abandonado por completo ese deber de shinigami y había decidido jamás decírselo, pues no creía que fuera necesario ese dato. Eran felices, incluso vivían juntos y fue juntos como un día, sin que alguien pudiera advertirles, que descubrieron que la mujer estaba enferma.

Fue mientras la noche estaba presente cuando la pobre mujer comenzó a toser de forma más agresiva que anteriormente. Undertaker trataba de ayudarla y los doctores pronto entraron corriendo a la habitación que le habían asignado. La peli___ miraba desesperada hacia todos lados, intentando pensar una forma de tomar aire. Undertaker estaba aterrado, no sabía que debía hacer y no quería dejarla sola aunque los doctores se movieran por toda la habitación, a veces empujándolo para poder actuar.

—Respira, ___. Tú puedes. —Repetía el de cabello plateado. La chica solo lo podía mirar fijamente, aún tosiendo. Luego de pronto dejó de toser pero su respiración ya no se normalizaba, se estaba ahogando. Ella miró a Undertaker y trató de sonreírle. —No me hagas eso, ____... ¡Respira! ¡Aquí estoy, respira por favor! —Gritaba el sepulturero.

𝐎𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬 𝐊𝐮𝐫𝐨𝐬𝐡𝐢𝐭𝐬𝐮𝐣𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora