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Desde el día en que fue obligado a tomar terapia, el rubio era obligado a tomar muchos medicamentos, los cuales lo hacían sentir mareado & con náuseas, a veces llegando a vomitarlos

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Desde el día en que fue obligado a tomar terapia, el rubio era obligado a tomar muchos medicamentos, los cuales lo hacían sentir mareado & con náuseas, a veces llegando a vomitarlos.

En este momento, se encontraba arrodillado frente al retrete, vomitando aquellos medicamentos junto con la comida que había ingerido unos minutos antes, el azabache se encontraba junto a él, acariciando suavemente su espalda & tratando de hacer a un lado los largos cabellos de Mikaela.

Tratando de consolarlo, debido a que el rubio lloraba, odiaba vomitar, sollozaba en silencio, intentando evitar que más lágrimas cayeran de sus ojos, Yuichirou no hacía más que mirarlo en silencio, le dolía la situación por la que había estado pasando su contrario.

Lo único que podía escucharse en la habitación, eran los sonidos de arcadas por parte de Mikaela, al terminar jaló la cadena para hacer que lo que había devuelto se fuera.

——Te sientes mejor? ——preguntó tratando de sonreír para brindarle seguridad.

——Un poco ——contestó, levantándose lentamente del suelo, caminando con pesadez hasta su cama—— gracias, Yuu-chan ——sonrió levemente.

——Para eso son los amigos, ¿no? ——sonrió, sentándose en la orilla de la cama del ojiazul, provocando que las mejillas del mencionado se pintaran de un tono rosado.

——Sí ——respondió.

Quedando en un silencio incómodo nuevamente, era una costumbre entre ellos, el azabache se levantó de la cama del ojiazul, quién lo miraba curioso.

——Yuu-chan ——llamó, la atención del mencionado se dirigió al rubio.

——¿Qué sucede, Mika? ——preguntó con curiosidad.

——Aún no me dices porque terminaste aquí ——mirándolo fijamente, haciendo un pequeño esfuerzo para sentarse en la cama.

——Ya te dije que no es nada interesante ——respondió fingiendo una risa.

——Vamos, Yuu-chan ——pidió desde su lugar—— yo te conté todo de mi vida, es justo que tú hagas lo mismo ——frunció levemente el ceño.

——Quizá... ——respondió con tono serio desviando su vista hasta la esquina de la habitación—— pero no será hoy, Mika.

El rubio pensaba responder pero fue interrumpido por el sonido de la puerta abrirse, Mikaela se tensó, Yuichirou por su parte, se alejó lentamente de la puerta sin decir nada, sentándose en su cama sin más.

——Mikaela Geales, he traído tu medicina ——habló una pelipurpura en la puerta con una bandeja en manos.

El mencionado se levantó con pesadez de su lugar, avanzando hasta la chica de cortos cabellos, dudando en sí tomar aquella pastilla, realmente no quería, pero las veces en las que anteriormente se había negado a tomarlas, había recibido severos castigos, la prueba de ello son las marcas en su cuerpo.

Las formas del amor | Owari no Seraph Donde viven las historias. Descúbrelo ahora