DESAHOGO (INTENABO).

Liberaciones.

Fred no lo podía creer, aún no se terminaba de reponer pero sabía que si seguía parado en toda la entrada solo sería más sospechoso. Ya tenía como costumbre cambiar un poco su voz mientras trabajaba allí pero es que sentía que si abría la boca iba a vomitar de los nervios.

Conway notó que algo le pasaba.

- ¿Qué pasa muñeca? No me dirás que es tu primera vez. - Habló mientras disfrutaba de verle nervioso.

Fred se acercó dejando la botella de vodka a su lado y se subió a la tarima.

"Tú puedes coño, como si fuese cualquier otro cliente" - se animó

- Claro que no, por aquí soy él mejor. Y algo me dice que lo sabe. -Habló logrando controlarse.

Joder que sí se parecía a Gustabo y el tenerlo así vestido enfrente no le ayudaba. Conway sólo podía pensar en subir a esa tarima junto a él y quitarle la poca ropa que le quedaba.

Se acomodó en su asiento estirando un poco las piernas, sabía que en cuento empezara a bailar las cosas ahí abajo se pondrían duras.

- No sabía que al Superintendente de la ciudad le iban estas cosas. - Le dijo mientras tomaba el control para poner la música.

- Callate y baila. - su voz era ronca.

Escucharlo de esa manera le daba escalofríos. Tener a Conway sentando en frente suyo, con un vaso de vodka en su mano, comiendoselo con la mirada y dándole órdenes lo ponía caliente.

Fred puso una canción lenta que denotaba sexo por el ambiente de todo el privado.

Empezó a mover sus caderas lento de un lado a otro mientras pasaba sus manos por su cuello e iba bajando muy muy despacio hasta llegar a sus piernas sin despegar los ojos del mayor. Podía ver como su jefe pasaba la lengua por sus labios y clavaba las uñas en su pierna.

Dándole la espalda empezó a mover su trasero mientras seguía tocándose.

A Conway se le nubló la mente en ese momento, para él aquel chico era solo la representación de Gustabo, y entonces recordó lo frustrado que se ha estado sintiendo los últimos meses y como se ha tenido que controlar. Con Fred no tendría porqué hacerlo, él podría ser el medio por el cual lograra liberar esas sensaciones que le provocaba Gustabo y de las que no podía disfrutar.

- Baja. - vaya que tenía su voz mucho más gruesa que de costumbre.

- ¿Cómo? - Gustabo estaba confundido. ¿No le estaba gustando? Recien empezaba.

- Te he dicho que bajes, nena. Acercate.

Si no fuera por los lentes que usaba y que la iluminación no era del todo buena, hubiese podido ver que a Conway se le había oscurecido la mirada.

- Eh, viejo. No sé si le dijeron pero yo solo bailo, las pajas las hacen otras. - Si se acercaba y le quitaba la máscara todo se iba a pudrir.

Conway dejó su vaso a un lado.

- No serán pajas pero te pagaré el triple por que me dejes hacer otra cosa.- Pasó sus dedos los labios mientras le miraba de manera pervertida.

Gustabo tragó saliva fuerte. Sabía que él mismo había puesto esa regla de no tocar pero era el hombre por quien se pajeaba antes de dormir y tenía la oportunidad de cumplir un poco de esas fantasías sin perder el orgullo.

-¿Qué es lo que quiere hacer, Super? - Preguntó sentándose en el borde de la tarima.

- Solo un par de nalgadas. 10 en total, bien dadas y fuertes. - Al decirlo pudo sentir como ahí abajo le daba un brinco su verga.