DESAHOGO (INTENABO).

Dejandose llevar.

Ya hacía un rato que Gustabo había llegado a su casa y se había dado una ducha para tratar de bajar la calentura. Se encontraba acostado en su cama mirando al techo y aún tenía la toalla rodeandole la cintura.

Cerró sus ojos y quiso procesar una vez más todo lo que sucedió en ese privado.

Él no estaba loco, escuchó clarito cuando Conway dijo su nombre y la idea de que a su jefe le estuviera pasando lo mismo que a él no facilitaba las cosas.

¿Como iba verle a los ojos luego de esto?. Cuando sintiera la tensión entre los dos, no podría engañarse pensado que era sólo su imaginación, y si no lograba sacárselo de la cabeza antes ahora mucho menos.

Lo que pasó fue ta humillante como excitante para el menor, que su trasero estuviese al descubierto ante la mirada morbosa del Superintendente, con su voz tan gruesa y demandante por la excitación, el sentir su mano acariciando su culo para luego recibir un azote... Esta vez él no había podido luchar, replicar, insultarle o quejarse y le molestaba, sí, pero no tanto como hubiese imaginado.

"Parecías una puta" - se quejó.

Gustabo bailaba pero ya está, nadie le tocaba. Y eso le costó mucho hacérselo entender a los clientes y a sus propios jefes.

Era cierto que a Armando le permitía más que a los demás pero aún así no le tocaba, a él le había llegado a bailar sin ropa porque siendo sinceros le atraía un poco, para él Armando aunque fuese un simple mecánico le daba la sensación de poder y ¿a quién no le gusta el poder?

Pero Conway ...

Pasaron por su mente las imágenes de todo lo ocurrido al privado.

Miró su entrepierna, algo había empezado a despertar de nuevo allí abajo.

-No. Ni de coña, ya fue mucho por hoy. Así te quedas. - habló mirando su erección y acomodándose de lado para obligarse a dormir.

.........................

Eran las 10:00 AM - Sabado. En comisaría.

Hace ya unas horas que Gustabo había entrado en servicio y en busca de una jornada tranquila optó por el papeleo, así que estaba revisando unas cuantas denuncias que recibieron esa semana.

Conway no solía llegar temprano en sábado pero ya estaría pronto a llegar y la verdad es que no tenía ganas de verle, no sabía cómo actuar normal cuando lo de hace unas horas había sido de todo menos normal.

Su voz, su manos, aquel mando que tomó pero con intensiones tan diferentes a las comunes...

Quizás lo mejor sería liberar esa tensión, quizás debió masturbarse para sacar toda la frustración y así poder superarlo...

Echó una mirada al reloj que se encontraba en la pared del frente. Las 10:05 AM, El súper estaría por llegar.

Quizás aún tenía tiempo de hacerlo.

Se levantó.

-Horacio, creo que algo me cayó mal, vuelvo en un rato. - Dejó los papeles en el escritorio.

- Que hijo de puta. Me vas a dejar tirado con todo esto, Perla.

- Que voy a cagar, coño. Ya vuelvo.

No escuchó su respuesta.

Atravesó la comisaría camino a los baños que se encontraban cerca a los vestuarios. Tendría que darse prisa.