único.

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Todo era tan efímero como los fuegos artificiales.

La vida, los momentos agradables, las risas, las sonrisas y la felicidad.

Su felicidad.

Su familia.

Su amada Koyuki.

Koyuki que, fue tan bellamente efímera como fuegos artificiales. Quien dio color a su vida para luego simplemente desvanecerse.

Y con ello, su promesa de casarse y ser esposos.

Y aunque él la recuerde, como a Keizo, las memorias no bastan. Porque cada vez que recuerda, los recuerda —a su maestro, a su prometida—, también viene a su mente los culpables de sus muertes.

Y la sangre, le hierve.

(Y ni aún, sus deseos de combatir contra fuertes oponentes, es capaz de calmarlo).

Todo era tan molestamente efímero, que daba lástima. Y eso también, le molestaba de alguna manera.

Porque así como puedes tenerlo todo, en un parpadeo, puedes no tener nada.

Aunque lo único que puede tener por seguro y asentado que no es efímero, son sus sentimientos por Koyuki.

Hakuji, sigue amando a Koyuki. Todavía.

Pues a pesar de haber perdido su humanidad, su antiguo nombre y familia. Sus sentimientos por ella no han cambiado en ningún momento, ni en ningún segundo.

Siguen ahí.

Algo empolvados, pero ahí están. En un rincón de su muerto corazón.

Y eso sólo lo reafirma cuando la vuelve a ver, dónde ella lo recibe entre lágrimas y una sonrisa y le dice esposo.

Y entonces Hakuji, ya no más Akaza, llora y la abraza devuelta.

Pues aunque la perdió en la efímera vida, la tendrá a su lado en la duradera eternidad.

En el infierno.

Siéndoles negado el derecho a reencarnar. A sufrir en la eternidad de las llamas del averno.

Pero...

Eso no puede ser más irrelevante para ambos.

(Porque lo efímero acabó, y su eternidad empezó).

-Traumada Taisho

Les debía un escrito a ellos y a mi querido user.

Si quedó feo, perdón x'd

Tan efímero  [Hakuji/Koyuki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora