5. Conseguir motivos

860 72 90
                                    

-Tócame otra vez hijo de puta, su voz estaba calmada, amenazante y segura, sus ojos estaban fijados, parecía que si te miraba mucho, ibas a empezar a quemarte como una simple hoja de papel encima de un mechero encendido.

-Ohh vamos~, no me amenaces, si ambos sabemos que con ese cuerpecito que tienes no me vas a a hacer nada.

La mujer apretó sus manos con fuerza, sentía una ira que no siempre podía controlar recorrer su pecho. 

-Eres asqueroso, no te vas a acercar a los niños, el hombre soltó una carcajada que perforaba sus oídos, tan desagradable, pensó.

-Shinobu channn~, yo te quiero ver a tiii, y claro a los niños también, pero si hay que elegir..., su voz era burlona y despreocupada, ojos tan inusuales que podrían valer oro, era como si tuviese un arcoíris en ellos, pelo dorado e irregular, cejas negras y una piel que parecía que no había tocado el sol en años. Sin duda, alguien muy singular y extravagante.

-Ya se que no quieres a los niños, por eso te fuiste cuando los tuve, deja de hacerte el inocente cuando eres un desgraciado, no sé que vi en ti. Dio un paso hacia delante, dispuesta a irse del lugar, cansada de la compañía ,no invitada, del contrario, otra vez tomó su muñeca, en un intento de mantenerla allí. ¡Joder!.

-¡Yo te amo Shinobu chan!, por que no quieres admitir que nadie te amará tanto como yo, soltó su brazo de un tirón, provocándole un leve dolor.

-Cuando ames tanto a los niños como a mi, lo admitiré. Dicho esto, se fue calmada pero con paso rápido, alejándose del molesto hombre.

El rubio tarareó una canción algo molesto, inflando sus mejillas infantilmente, viendo como la azabache  desaparecía entre las calles agarrotadas de gente. Le dio una última mirada, a la mujer que más había amado, y a la única.



-Puedes usarlas si quieres, no me gustan ese tipo de películas, comentó Sanemi a su hermano, mientras remojaba los platos en el agua.

-¿En serio?, el albino asintió, Genya se quedó callado, su hermano había ganado dos entradas al cine gracias a una apuesta con Uzui, eran de pareja y saldría gratis al usarlas. No tendrían ninguna utilidad si iba solo así que invitaría a alguien, y en su mente solo aparecía un nombre de de 8 letras.

-¿A quien vas a llevar contigo?, llévate alguna chica, dijo irónicamente, sabiendo sobre la poca actividad sexual del rapado.

-¡No voy a llevar a ninguna chica!, respondió, igualmente no era amigo de ninguna, conocía a Nezuko y a Kanao, pero no había ningún tipo de confianza.

¿Debería invitar a Muichiro?, quería conocerle mejor, y una tarde solos podría resolverle algunas dudas sobre lo que sentía por el, era una excusa perfecta y no la podía desperdiciar por su timidez. 

-Ah, y toma, llévate a tu amante a comer algo, le estrecho un descuento en un restaurante de comida rápida, parecía que había jugado muchas apuestas que sabía que iba a ganar.

-No voy a llevar a mi amante..., susurró sonrojado, acepto los papeles y subió a su cuarto, dispuesto a mandarle un mensaje el chico.

Se acomodó en su cama, tumbándose con pesadez entre sus mantas, agarró su móvil y lo puso frente a él, levantándolo por encima de su cabeza.

Estuvo más de diez minutos escribiendo y borrando frases, cambiando palabras por otras que sonasen mejor y volviendo a corregirlas, cuando creía que ya estaba listo e iba a enviarlo, la inseguridad aparecía y le obligaba a empezar de nuevo, o era muy formal o con demasiada familiaridad .

• ❝〔 First Love 〕❞ •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora