CAPÍTULO 1

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Tarmara

--- Ven aquí cariño---- Estirándole los brazos para que me abrace es lo único que consigo decirle a mi niña. Mi hija de 10 años que
acaba de ver todo este desastre.Y no solo hoy, ha estado presente mientras recibía maltrato de este hombre que está tirado   
el suelo,  muerto, durante toda su vida.

Ella no dice nada, se acerca a mi lentamente y me rodea con sus pequeños y cálidos brazos, empiezo a sentir como la paz se apodera
de ella, y claro que de mi también, ambas estamos muy aliviadas, por primera vez nos sentimos libres, estamos viendo luz, ella no lo dice
pero yo lo se, con él todo era oscuridad..

--- Y.... ¿y qué pasará ahora?--- Me pregunta. Preocupada, lo sé.

--- De eso ya me encargaré yo cariño--- Le didico una pequeña sonrisa

---  Vaass..vas a ir presa ¿ver... verdad?--- Dice arrastrando las palabras y en un susurro que apenas logro escucharla.

--- No. Claro que no, yo no lo he matado el se ha matado solito, además mira todas las marcas y cicatrices que me ha dejado, era                     evidente que tenía que hacer algo al respecto. Me había tardado demasiado--- Confieso y ella no dice nada.

Tras unos minutos de silencio suelto a mi pequeña, no quiero pero debo hacerlo, necesito encargarme de llamar a la policía o a la                          morgue, quizá  deba llamar a ambos para que se encarguen del cuerpo y de resolver toda esta mierda.

--- ¿Qué vas hacer?--- Me pregunta

--- Voy hacer algunas llamadas cariño, necesito que se lleven esto de aquí---- digo señalando a el muerto--- antes de que comience a               oler mal,  también necesito hablar con la policía para dar mi declaración y ver que es lo que va a pasar ahora, mientras más rápido acabe esto,mejor.

--- Yo también puedo declarar--- Dice y me quedo totalmente en blanco. No me imagino a mi pequeña hablando sobre todo lo que me ha  hecho su padre, seguramente dirá lo que recuerda pero me niego precisamente por eso, sé perfectamente que lo recuerda todo, y ya la situación  es bastante traumante y quizás un poco triste para ella como para que yo deje que declare. Así que niego con la cabeza

--- Por favor, quiero hacerlo mamá--- Me dice y siento que se me parte el corazón al oirla, suena tan fría, tan... tan decidida pero sobre todo tan cansada que no pareciera que tuviera solo 10 años.

--- No quiero, pero esta bien, supongo que eso haría que saques todo lo que llevas dentro aunque tampoco creo que haga falta que                   declares--- Le digo y no me mira, tiene la mirada fija en la pared.

Sigo su mirada y tiene la vista perdida en un reconocimiento que le
por ser la mejor alumna de su clase.
--- Estoy muy orgullosa de ti cariño, perdón por no habértelo dicho antes..--- Le digo y sigue sin mirarme.

--- Gracias.--- Dice y su tono es muy seco --- y tranquila, tampoco era que tenías mucho tiempo, te la pasabas escondida y no te juzgo,
te entiendo.

Cada vez siento el corazón más destrozado, tiene toda la razón, el desgraciado de Tomas no solo me arrebató la libertad y la felicidad,              también arrebató los momentos con mi hija, le tenía tanto miedo que vivía preocupaba en esconderme y casi ni le preguntaba a mi hija como     estaba. Casi no, nunca se lo preguntaba, mi niña es más fuerte de lo que pensaba, a pesar del caos que tenía que vivir todos los días aquí se    esforzaba mucho por sus estudios, es la mejor de su clase, siempre lo ha sido y sé que siempre lo será, siempre llega con reconocimientos y   execelentes notas solo que hasta ahora es que me vengo a dar cuenta.

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