CAPÍTULO 3

50 10 1
                                    

Tamara

Las palabras de mi hija me están destrozando el alma, si es que aún queda un poco de ella.

Esta molesta, lo sé. Esta siendo muy impulsiva y por eso dice todas esas cosas, yo sé que no las está diciendo en serio, nada de lo que dice lo siente de verdad pero eso no hace que me sienta mejor, yo no tengo la culpa de nada y ella lo sabe. Veo como el miedo y la furia se apoderan de ella y eso hace que reaccione así, para mi tampoco es fácil que se la lleven, jamás pensé que esto podría llegar a pasar algún día y de verdad lo siento mucho, además ella no es la única, yo tengo que quedarme aquí, detenida, esto no es justo para ninguna de las dos y menos para mi pequeña.
¿Qué le digo? necesito que se tranquilice y deje de tratarme así.

--- De acuerdo, tienes toda la razón. Lo siento ¿vale? disculpa si es lo único que siempre digo pero es la verdad, lo siento muchísimo, tú no tienes porque pasar por nada de esto y no te imaginas lo mucho que me duele esta situación.--- Sin darme cuenta mis mejillas entran empapadas.--- Pero quiero que trates de entenderme, si Dios quiere todo esto pasará pronto. Necesito que me apoyes y estés de mi parte porque si te pones a la defensiva no lograremos nada, eres lo único que tengo el mundo ¿lo entiendes?, no tienes ni idea de lo mucho que duele que me estés diciendo todas estas cosas, ni siquiera pareciera que tuvieras solo 10 años. Lo siento tanto...
Su expresión empieza a cambiar, veo como su ira desaparece y eso es justo lo que necesito.

Elizabeth no dice nada, unas lágrimas empiezan a correr por sus mejillas y se me cae el alma a los pies. Es la prima vez que la veo llorando desde lo sucedido.

Sigue callada, intento limpiarle las lagrimas pero se aleja, necesito que hable y como sé que no lo va hacer digo:

---- Todo esto será por un corto tiempo, unos 3 días como mucho.--- Su cara empieza a llenarse de tristeza y se seca las lágrimas.--- Me duele mucho verte así mi pequeña  pero no es justo que me trates así, no he sido una excelente madre, eso lo sé, pero creo que no es el momento indicado para echármelo en cara..--- Levanta la cara para mirarme pero sigue sin decir una sola palabra.

Desvía la mirada hacia donde están los policías y da unos pasos hacia ellos dejándome atrás.

--- Llevenme a dónde me tengan que llevar, no quiero seguir aquí.---- La escucho decir y no puedo parar de llorar, no me gusta nada su comportamiento, solo hace que me sienta aún más triste y sola...

--- De acuerdo.--- Dice Garcia, él policía que nos ha acompañado en todo esto. Al principio creía que era muy pasado pero la verdad es que ha sido muy comprensivo y amable, hasta se ofreció a llevarse a Elizabeth con él solo que Rodriguez, su superior se lo impidió, claro, eso sería saltar las normas.   
                         
Los tres me pasan por un lado y no puedo creer que esa niña que va ahí sea mi Elizabeth, ni siquiera se despidió de mi..

OpuestosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora