Marqué ||OffGun|| Omegaverse

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El camino estaba siendo una tortura, Off iba manejando, en la parte trasera recostado estaba el menor, callado y débil, podía ver sus ojos rojizos por el espejo, pero podía oler que su pequeño no quería hablar, se sintió mal.

Gun quería llorar, pero no quería que Off se preocupara más, le amaba y se sentía tan mal.

Sus padres iban detrás de ellos en camionetas separadas, estaba muy débil y podía sentir como seguía sangrando, cada vez veía más borroso hasta al fin cerró los ojos, escuchaba todo, mas no mantenía los ojos abiertos.

Llegaron a su destino, Off bajo al menor con cuidado de no lastimarlo, logro ver más sangre, menos que anteriormente pero igual le estaba preocupando la perdida excesiva de sangre de su omega.

—Te amo —dijo y beso su frente.

Gun abrió sus ojos encontrándose con los del mayor y sonrió débilmente.

—Yo a ti —dijo y se apegó al pecho del mayor sintiendo el olor del alfa, le encantaba.

El camino fue rápido al parecer de Off, pero al llegar el doctor ya estaba en la puerta, le indico que llevara al menor a una habitación privada y lo coloco en una camilla.

—Necesito que salgas Off, debo hacer uno chequeos al menor —Dijo el doctor tomando unas cosas sin ver al alfa, quien a disgustó salió de la habitación.

Todos se quedaron en la sala de espera, podían sentir el olor del doctor y el del omega, con eso se basarían si las cosas iban bien o mal.

Gun vio al doctor quien al ver el sangrado le indico que debía de quitarle la ropa para checar y hacer unos estudios.

Gun asintió y tras horas en esa habitación, que parecía el doble de un apartamento, los estudios fueron rápidos y el doctor vio los resultados, suspiro sin saber qué hacer.

Le administro sangre y suero esperando a que la operación pudiera empezar, solo quedaba pedir la autorización el alfa.

Off pudo olor algo medio acido, no eran buenas noticias para nada, y sabia eso al ver al doctor salir de la habitación, todos los presentes se pararon.

—Necesita una operación urgentemente —dijo el doctor, primeramente.

—¿Qué tiene? —dijeron la mayoría al unisonó.

—Un feto muerto, aborto instantáneo —dijo el doctor y ante esas palabras todos se callaron