Love Is Touching Souls

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11 de febrero de 2019

Que día tan agotador, mamá.

Siento que últimamente lo único que hago es venir a quejarme contigo de lo estresada que me tiene el trabajo. Tanto que por momentos me dan ganas de dejarlo todo y dedicarme a otra cosa, pero cuando me detengo a pensarlo no se me ocurre nada más qué poder hacer.

El único highlight de este lunes fue haber visto a Juliana en la mañana.

Nos encontramos en el la terraza y pasamos un ratito hablando de una cantante que ella admira mucho, Joni Micthell.

Cuando le pregunté sobre una canción que captó mi atención hasta le brillaron los ojos un poquito más y empezó a contarme acerca de esta mujer que al parecer escribe letras y melodías hermosas.

Creo que voy a hacer una misión personal  preguntarle más sobre sus canciones porque me dio mucho gusto verla tan emocionada hablando sobre algo que le apasiona tanto.

Ese inicio del día me hizo creer que me esperaba uno muy agradable pero nada que ver, mamá.

En cuanto llegué a la oficina todo se descompuso.

No había pasado ni media hora de haber llegado cuando entró Eva a reclamarme por haber llevado a Juls a la fiesta de la empresa. Me dijo que era una descarada, una inconsciente y otros adjetivos más que no vale la pena mencionar porque me ponen de malas.

We've lost her.

Esa es la única explicación a su comportamiento. Es decir, ¿qué otra razón justifica que se sienta dueña de mi vida, o que asegure saber exactamente lo que papá hubiese dicho si estuviera vivo y se enterara de lo mío con Juliana?

I mean, tampoco es que haya nada entre Juliana y yo... aún.

Y no fue la única visita que me hizo durante el día. Se apareció otras tantas veces con argumentos cada vez más ridículos. Yo no sé cómo puede sentir tanto odio por una persona que no se ha dado la oportunidad de conocer.

Ojalá que un día lo haga, porque yo quiero a Juls en mi vida para siempre.

Love,

— Val





12 de febrero de 2019

A qué no sabes quien apareció de nuevo en mi oficina, mamá.

Te voy a dar una pista: ramos de flores.

Así es... Lucho.

¡LUCHO!

Yo ingenua pensando que estaba completamente libre de él.

Debí de suponer que no cumpliría su promesa de no volver a acercarse a mí, ni mucho menos respetar la distancia que él mismo puso y que yo quiero que se haga más grande si es posible.

Dice que pensó mejor las cosas, que acepta que reaccionó mal, asegura que reflexionó y comprende que yo quiero pasar tiempo con mis amigas y que está dispuesto a cambiar pero que es algo que debe ser un esfuerzo de ambos.

¿Puedes creer eso?

Si no solté una carcajada que hubiese sido escuchada por todo el edificio fue porque al mismo tiempo quería caerle a golpes en esa cara falsa de niño arrepentido con la que llegó.

Le recordé que él fue quien terminó todo pero que me había facilitado las cosas porque no existe nada que me haga sentir más libre que saber por fin que esa relación llegó a su fin y no tengo que obligarme a pasar tiempo con él.

Sabiendo que tus besos matan, moriré de amor...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora