Capítulo 9

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Chisináu, Moldavia

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Chisináu, Moldavia.
03/04/2021.

— Entonces está decidido... Gané.

Argentina frunce su ceño.— ¡Oye, espera!...¿¡Por qué tú!?, ¿¡Por qué él!?.— Le reclama al nazi.

— Porque yo lo decido.

— ¡No es justo! ¡Tu cara decía que su pastel estaba quemado!.

Reich bebé agua y se encoge de hombros.— Tal vez... Pero yo decido quien gana... Y tu no ganaste.

La latina se acerca al hombre y lo toma de la camisa.— ¿Me estas retando, fascista?.

Reich levanta su cabeza decidido, enfrentando los azules y fulminantes ojos de la latina.— Tal vez...

La mirada del nazi baja directo a los rojizos y carnosos labios de la albiceleste, levanta su cabeza un poco más, rozando sus narices. Acción que dejó perpleja a la mujer, quien no despegaba la mirada de los ojos negros de su contrario. La cercanía de sus labios era pequeña, hasta sentir unos brazos tomar sus caderas y alejarla del rostro esculpido del nazi.

— Ya gané, ahora estas a mi merced.— Dice el soviético alejándola de Reich, quien lo mira con molestia.

— ¿Qué quieres que haga?.

Urss se toma la barbilla y se hace el pensativo.— ¿Quieres hacerlo?.

— Un reto es un reto...

Urss toma de la mano a Argentina, entrelazando los dedos y la arrastra lejos de la cocina, dejando pasmos a dos presentes, la mujer y el nacionalsocialista, una serie de confusión recorrió todo el cuerpo de la latina, contrario al nazi quien frunció el ceño notablemente molesto y en soledad.

Caminan por el pasillo mientras el eslavo le daba la espalda a la albiceleste halandola de las manos. Llegan a una puerta, éste procede a abrirla y la mujer cae en cuenta que es la habitación del mayor altura.Suelta su mano y cierra la puerta, camina directo a la cama sentándose en una orilla. Quitandose la camisa para dejar ver lo bien formado que tenía su cuerpo, unos cuadritos definidos, un pectoral fuerte y duro, unos brazos musculosos que todo encajaba a la perfección con su cuerpo.

Argentina temió lo peor.

Quiere cojer...

— ¿Qué? Me harás masajes... La espalda me esta matando.

Argentina suspira.

— Eh...Está bien.

No solía ser una persona tímida, pero en ese momento se sintió frágil y desnuda (A pesar de no estarlo), camina con algo de nervios hasta la cama, y se sienta detrás de la fuerte espalda del eslavo, tomando la crema en sus manos y expandir la sustancia por sus omóplatos, tocando con la llema de sus dedos cada parte de su fuerte y dura espalda, recorriendo su dorsal, hasta llegar a sus brazos y masajealos hasta el bíceps para volver a su espalda.

Se sentía incomoda, y extrañamente se sentía eufórica.

— ¿Puedes recostarte?... Sería más cómodo y... ¿Puedo subirme sobre ti? También es mas como desde esa posición.

Sin mirarla a los ojos, evitando que vea el sonrojo de sus mejillas, Urss asiente y se recuesta boca abajo. Al cabo de unos segundos siente un peso liviano casi sobre su trasero. El latido de su corazón comenzó a volverse loco. Las llemas de los dedos de Argentina parecían milagros que le costaba encontrar, le hacía sentir satisfecho.

Solo pasaron unos 20 minutos, los más agonizantes para él, sentir la presión de la zona íntima de Argentina sobre su espalda baja, mientras tocaba su piel hidratada con la punta de sus dedos recorriendo con suavidad y leve fuerza cada musculo de su espalda. Urss simplemente no lo soporto, se voltea bruscamente quedando boca arriba, sosteniendo a Argentina para que no cayera al suelo, quedando debajo de ella. Quedó pasmada ante tal actitud, quiso moverse, salir corriendo de ahí y desaparecer del mundo, pero éste tampoco le permitía escapar por que estaba sosteniendola de sus caderas con fuerza.

— ¿Qué haces?.

— Bésame.

Argentina abre sus ojos.— ¿Te volviste loco o qué?, ¿¡Estas bebiendo esa estúpida cosa otr...–

Sus manos se movieron con extrema rapidez al cuello de la latina. Apretándole suavemente la garganta con los pulgares, le jala la cabeza hacia delante con ninguna delicadeza logrando que suelte un quejido de dolor. Argentina siente la presión de sus labios contra los de ella, con tal fuerza que impidió salir lo que fuera que estuviera a punto de decirle hace a penas unos momentos. Sus manos bajaron hasta sus hombros, rozaron sus brazos y se posaron en la región lumbar. Sintió ligeros escalofríos de pánico y placer en su completa anatomía. Intentó estrecharla contra él, y en respuesta ella le mordió el labio.

Esto no fue lo confuso...

La confusión inundó sus cuerpos cuando cuatro precisos disparos sonaron desde la cocina. Alertando a la pareja.

Se miran sin una pizca de duda, levantándose de la cama y optan por sacan las armas de sus chaquetas para salir de la habitación y bajan las escaleras con suma cautela pensando que alguien entró a la casa.

Vieron sus alrededores, y habían cosas sobre el suelo. La pregunta había sido por qué ellos no se dieron cuenta.

— Quedate detrás de mi.— Le susurra el eslavo, aunque no está en acuerdo, decide ceder su voluntad y dejar que revise el perímetro.

Argentina se percata de algo en el suelo, abre sus ojos al ver que se trata de Reich detrás de un sillón, decide desobedecer al soviético y correr al otro hombre. Urss se aterró tanto al verla alejarse que hasta estaba por decidir abandonarla allí e irse por la puerta. Pero ve como toma el pulso de Reich y suspira aliviada, eso era buena señal.

Todo era silencio...

Hasta escuchar un estruendoso disparo justo cerca de ellos.

— ¿¡Donde esta el bebé!?, ¡Aquí esta!

Oh no...

¿Está corto?sorry

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¿Está corto?
sorry.

Están invitados a leer mi nueva historia "Sonríe para mi".
Si tienen ganas.
Bye

Entre tus labios [ UrssArg/NazArg Countryhumans ] Where stories live. Discover now