Capitulo 1

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Sus ojos rojos se posaron perezosamente sobre la persona frente a él.

— ¿Tanjiro... Kamado? — El joven frente a él asiente — Está bien, soy Muzan, Kibutsuji Muzan — Le da una sonrisa — Soy el gerente de la rama Tokio de esta empresa, espero y tu edad no sea pretexto  para no hacer bien tu trabajo —

— ¡Sí señor! — Asiente el joven frente a él de manera firme — ¡Trabajaré aún mejor que los demás! —

Al inicio no tuvo expresión, luego sonríe al ver el entusiasmo en la cara del pelirrojo.

— Ve avanzando poco a poco — Mira hacia la puerta de ingreso de esa habitación que usaban para entrevistas de trabajo — Dentro de poco llegará tu senpai, si necesitas algo pídele a él — Se levanta — Te asigné al equipo de Ubuyashiki, es muy bueno pero súper exigente — Se despide con la mano mientras abre la puerta — Buena suerte —

Al cerrar la puerta suspira y empieza a andar hacia el elevador que conectaba todos los pisos del edificio administrativo en el cual trabajaba.

Al entrar al elevador marca el último como destino y espera.

Al abrirse las puertas sale de este y sube unas escaleras más para por fin llegar a la azotea del edificio.

Abre la puerta metálica y entra a la azotea.

Suspira al sentir el frío aire de la mañana en su cara, saca de su elegante traje un caramelo, lo mira por unos segundos y luego de quitarle el envoltorio, se lo echa a la boca.

— Manzana... — Murmura el sabor del dulce — Está bueno... — Se recuesta en las barandas metálicas del edifico y mira hacia abajo, 20 pisos abajo estaba el suelo.

Mira hacia adelante, la extensión de Tokio es tapada por otros tres edificios que no le permitían ver más allá.

Saca otro dulce de su traje y mira el sabor — Manzana verde... — Lo guarda, ese era su sabor favorito y no se lo quería comer al inicio del día, así que saca otro — Cereza — Masca el dulce que tiene en su boca y se come el de cereza.

— Hacia tiempo no te veía tan aburrido — Detrás de él la voz de una mujer habla — Buenos días jefesito — Ríe

Al voltear a verla no puede evitar sonreír — Buenos días, Tamayo — Vuelve a mirar al frente — No tengo dinero —

Ella se acerca y le da un puño en el hombro — No te estoy cobrando, aún — Suspira y se recuesta también en la baranda — Yushiro amaneció enfermo, yo traigo sus excusas —

Muzan no puede evitar reír — ¿Otra vez? No lo volveré a invitar a beber si se enferma tanto —

Tamayo suspira y lo mira mal — Ya te he dicho que no lo obligues a beber, y es lo primero qué haces — La risa de Muzan aumenta su volumen — Hoy llegó un nuevo ¿No? — Muzan asiente — ¿Con quien lo enviaste? —

— Es un caso especial, así que se lo deje a Kagaya — Tamayo lo mira sorprendida

— ¿A Ubuyashiki-san? — Parece pensar un poco — ¿Cómo así que un caso especial? —

— Tiene apenas 16 — Sigue mirando al frente — Pero noté un entusiasmo aún en la entrevista de trabajo así que... creí que el mejor para él sería Kagaya —

Tamayo suspira — 16 años... ¿Terminó de estudiar? — Muzan asiente

— Validó a temprana edad, está bien dotado — Sonrie — Espero y se acople al equipo Elite de Kagaya, así tarde uno o dos meses —

Tamayo se separa de la baranda — Venía a avisar lo de de Yushiro, hasta la reunión de la tarde jefesito —

— Hasta entonces — Sonrie y la mira, ella se va de la azotea y él saca otro dulce — Yushiro, Yushiro... suertudo — Ríe y se echa un dulce de uva a la boca.

[ • • • ]

El horario de trabajo había terminado.

El gerente aún no se tenía que ir porque tenía trabajo.

— En estos momentos... — Murmura y saca el ultimo dulce que le queda — Manzana verde ayuda... — Le quita la envoltura y se lo come.

Cuando finaliza su trabajo el sol ya se había ocultado, así que termina por salir sin este sobre él.

Suspira y empieza a caminar hacia cualquier lugar, vivía solo y no tenía nada que hacer, no estaba tan cansado así que se daría el lujo de ir por ahí mirando la ciudad.

La sensación de tantas personas a su alrededor aún luego de vivir 5 años en Tokio le resultaba algo estresante y hasta incómodo.

Camina hasta llegar a puente que pasaba sobre un río, suspira y se recuesta en la baranda del mismo.

Aveces le gustaba la idea de irse, de abandonar todo y simplemente vivir haciendo labores de campo, de solo dejarse llevar por la vida y no tener que levantarse temprano para trabajar en una empresa.

Pero recordaba a todas las personas que confiaban en él, que esperaban que él las guiase y dirigiese, y eso le impedía irse.

— ¿Muzan? — Una persona a su lado habla — ¿Eres tú, no? —

Deja de mirar el río que había debajo del puente y mira a la persona a su lado.

— Ume — Le sonríe — Buenas noches —

La chica le sonríe — Buenas noches, Muzan — Suspira y pone sus manos en las barandas del puente, al igual que Muzan — ¿Qué haces por aquí? Pensé que trabajabas en el centro de Tokio ¿Porqué andas por aquí? Está lejos —

Muzan suspira y vuelve a mirar el río debajo de él — No sé, caminé hacia cualquier lugar y llegué aquí —

Ume ríe — Estamos entre Santana y Koshigaya, es muy lejos — Se queda mirándolo un rato — Mi hermano aún quiere... — Se queda callada

Muzan la mira y alza una ceja — ¿Aún quiere...? —

La chica niega con su cabeza y le sonríe — ¿Puedes ayudar a Nii-chan a conseguir trabajo? Aún queremos vivir contigo —

El oji rojo la mira algo sorprendido — ¿Qué? Pensé que lo decían en broma —

Detrás de ella otra persona habla mientras ríe — Te debemos una bien gorda, Muzan — El hermano mayor de la chica aparece — Nosotros volveremos al pueblo hoy en la noche, piensa en la propuesta ¿Puedes? Si quieres Ume aún no tiene novio — La chica le da una patada.

Muzan ríe — El apartamento en el que estoy es muy grande para mi ¿Porqué no vienen a vivir conmigo? La última vez realmente creí que lo decían en broma, por eso les dije que no —

El de pelo negro le sonríe y hace una reverencia — Nos preparáremos mañana —

Luego de pasar información de contacto y otro tipo de información como su dirección y qué llevar para la entrevista de trabajo, Muzan los mira fijamente.

— Quién diría que los mocosos que ayudé hace cinco años los terminaría ayudando después — Ume infla sus cachetes y su hermano mayor rasca su cabeza — Espero y me ayuden —

Los dos asienten — Ume es buena en labores de casa — La chica asiente varias veces — Yo podré ayudar con la renta ¿No te sería más liviano así? —

Muzan por cuarta vez desde que los vio, ríe — Mucho más liviano —

Sus ojos rojos se dirigen hacia la luna que recién empezaba a salir.

— ¿Qué hacian en Tokio? — Pregunta sin dejar de ver al astro que brillaba levemente

— Recogíamos lo último del seguro — El chico suspira — Por eso te necesitamos... perdón —

Muzan niega — Nada más espero que no me hagan arrepentirme más adelante — Mira a Ume — Tú tienes 19 y tú — Mira al chico — Tienes 24 ¿No? ¿Tienen algún trabajo? — Niegan — Vale... veré qué hacer —

Luego de despedirse ellos se encaminan hacia la estación de tren más cercana, mientras Muzan aún sigue viendo la luna.

— La luna... Es muy bonita — Sonríe y toca el anillo que siempre tuvo en su mano — ¿Verdad, mamá? —

Vida Normal - Kibutsuji MuzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora