Capitulo 3

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— Muzaaaan — Ume que estaba recostada en su cama empieza a llamarlo — Tu cama cruje mucho cuando me acuesto~ —

El de ojos rojos que recién llegaba de su trabajo suspira — Tu hermano ya tiene el trabajo, cuando le llegue el suelo pídele comprar cama para ambos, yo les ayudaré por supuesto — Se para al lado de ella y la mira — Y salte de mi habitación, acosadora —

Ume infla sus cachetes y se arropa — ¡No! Nosotros si dormimos en el suelo y tú en esta cama tan cómoda —

— Trabaja entonces — Le quita la cobija y mira hacia otro lado — Tu falda —

— ¿Hmm? — Mira su falda, está estaba levantada hasta casi su abdomen, mostrando sus piernas — Ah... — Ríe y estira sus pies — ¿En qué podría trabajar? —

— ¡No ignores lo que te digo! — Le echa la cobija encima y suspira — Mm... Gyutaro me dijo que eras buena haciendo las labores del hogar ¿Porque no lo haces? Te daré una paga —

Ume parece pensar — Labores del hogar... ¿Acostarme contigo? —

Muzan que apenas se quitaba su corbata suspira — Labores de hogar ¡Labores! Barrer, la cocina, la ropa ¡Eso! No... eso otro —

La de ojos verdes lo mira graciosa — Vale, vale — Se levanta de la cama — ¿Y Nii-chan? —

Muzan se quita el saco y lo deja en su armario — Estaba en la tienda de conveniencia, quizás ya esté en la puerta —

Ume asiente con un "Hmm, hmm"

— Estoy en casa — Desde la entrada del apartamento gritan

— ¡Nii-chan! — Ume se levanta de la cama y sale a encontrarse con su hermano mayor.

Aprovechando eso, el hombre cierra la puerta y procede a cambiarse de ropa.

Se quita la camisa dejando su parte de arriba sin nada, se mira un rato al espejo, hacia tiempo que no hacía.

La puerta se abre asustándolo — ¡Muzan! — Ume lo mira — Ay va... Gyu-nii Muzan tiene bastante músculo —

Gyutaro se para al lado de la puerta — Tu... — Empuja a su hermana — ¡Lo sentimos! — Cierra la puerta — ¡Respeta la privacidad de las personas! —

— ¡Pero lo viste ¿No?! ¡Tiene el un sixpack bien definido! — Al parecer su hermano le da un zape — ¡No me pegues! —

— ¡Pareces una acosadora pervertida! — Luego de eso siguen peleando, pero Muzan no puede oír más.

Muzan suspira y sigue mirándose al espejo.

Hacía cinco años, cuando él tenía 21 los había ayudado cuando se habían perdido en pleno invierno.

Los llevó a la casa que heredó de sus difuntos padres y los atendió, luego de vivir con ellos una semana mientras esperaban que las tormentas de nieve, los pudo devolver al pueblo al que pertenecían y a sus padres.

Sin embargo esta vez no podría hacer lo mismo, hace un mes los padres de ambos habían muerto y ellos ya no tenían nada.

Sus padres no les dejaron herencia porque no eran dueños de nada, lo peor fue la deuda que tuvieron que pagar con los pocos ahorros que tenían y con los pagos que el seguro de vida les dio.

Sonríe — Al menos... ayudé a alguien — Odiaba recordar su pasado.

Vida Normal - Kibutsuji MuzanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora