CAPITULO 9

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Darien

Hay veces que uno piensa si la vida siquiera te da un respiro para disfrutarla, estás ahí pensando en lo distinto que sería si fueras otra persona, una persona normal ¿tal vez?. Pero son la una y mil cosas que reproduce un cerebro humano y para mí ya es un repertorio. En fin la vida está al mando de este vídeo juegos y ¿adivinen quienes son los pequeños insectos que el gusanito come? exacto, nosotros. Solo nos queda esperar el Game Over.

-Maldición, por que carajos tiene que doler tanto- expresó en voz alta.

-Tranquilo, no es bueno para ti alterarte mi cielo- responde mi madre desde el sillón donde se encuentra sentada en la sala de muestras de la clínica en donde nos encontramos.

-Estoy bien mamá, cuánto más durará esto?

-Creo que ya está, solo esperamos las indicaciones de Alice para irnos- dice observando hacia la puerta que se encuentra cerrada.

-Okey, entonces despídete de la tía Alice por mí, tengo algo que hacer- digo levantándome de un salto de la camilla, que ni era necesario, pero mi tía cree que necesito los mayores cuidados del mundo, pero mi familia no cree en los Game Over.

Mi madre da un salto del susto y me sostiene del hombro, por el tambaleo que pegue de tan rápida acción, pero es de lo más normal cuando ya te queda poca sangre en el cuerpo que la tienen que recargarlas cada vez que escasean en ella.

-Oye, creo que deberías de descansar un poco más, conoces el protocolo de todo esto Darien- pide con voz paciente mi madre, sin soltarme.

-Esta bien, solo fue por levantarme repentinamente, ya sabes mamá, estoy bien- digo aprovechando el momento para darle un beso fugaz en las mejillas y salir.

Escucho un cuídate mucho, asiento con la cabeza y me dispongo a salir, es ese momento doy un brinco, mi celular estaba en vibrador, suelo ponerlo en ese modo para entrar en la clínica, para no hacer un estruendo cada vez que me llaman o me envían un mensaje, por más que odie los celulares hoy tengo una razón para llevarlo conmigo. Veo que es Daniel y contestó.

-¿Que hay ricitos?- es un apodo que le puse por su melena rubia, lo escucho suspirar exasperado.

-Te diría que odio ese apodo, pero no puedo negar que lo amo, amo todo lo que provenga de ti Dari- dicen en un tono divertido.

-Falta que digas que me quieres tener entre tus bragas- digo saliendo en la puerta principal, una señora que iba pasando me mira raro al decir eso, puedo imaginar lo mal que sonó eso, pienso divertido.

-Si quiero y por eso te buscaré ahora mismo, donde estás?

-No soy un chico fácil, necesitaré al menos dos citas antes- digo seductor.

-En serio creí que con mis encantos ya te tenía en la palma de mi mano- dice siguiendo el juego.

-Pues fíjate que tengo ética, no me lanzo por cualquiera.

-¿Ni por un hermoso rubio de ojos verdes?

-Ni por un horrible rubio de ego tan grande como tú.

-No es lo único grande que tengo Dari- dice con la voz cargada de diversión.

-Que te den Daniel! - escucho su risa triunfante por creerse ganador de nuestra pequeña conversación.

-Tú te lo pierdes bomboncito, ahora dónde estás? Pasaré a buscarte.

-Estoy a dos calles de la clínica - digo y sigo caminando.

-Vale, estoy cerca.- dice y cuelga.

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⏰ Última actualización: Oct 27, 2020 ⏰

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