capitulo 3

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hermosas piernas 

Narra katherin

Estúpido ¿Qué está pensando?

Nota mental, no volver a este gimnasio.

Lo miro mientras se estremece del dolor y aprovechó que los idiotas del hombre lo están ayudando y salgo corriendo, no se dan cuenta de que salgo, mi amiga Aún está en shock, la jalo y la entro en mi auto.

Cuando veo que estamos cerca del departamento de Carla bajó la velocidad y suelto un respiro hondo, Carla que aún sigue callada se mueve un poco, le hago una señal de que salga cuando ya estamos frente a su departamento y me acompañe a la puerta.

Cuando empezamos a caminar me detengo por un momento para mirarla.

- Tienes 5 minutos para preguntar lo que quieras -y brinca sobre mí.

- ¿Quiénes eran esos locos? ¿Qué te hicieron? ¿trataron de violarte? ¿Qué querían? ¿Cómo lograste escapar? ¿los vas a denunciar? - son demasiadas preguntas, pero aquí vamos.

-Primero que todo, ¿recuerdas el chico al que le pedí su ayuda?-ella asiente- bueno, el que me ayudó a esconderme de Jack.

- Sí lo recuerdo ¿Qué pasa con él?

- Su nombre es Sebastián, los chicos que me cargaron me obligaron a ir a ese cuarto, eran sus guardaespaldas o algo así, me llevaron hasta él, aunque cuando lo vi me sorprendió, me di cuenta que quería cobrar un favor.

- ¿Quería acostarse contigo?-Soltó. 

-No, ¿estas locas? solo quería que fuera su acompañante en algo...

Sin más comentarios, le dije todo a ella.

-Al parecer le gustas- me dijo con un tono coqueto.

- ¿Cómo un tipo así se enamoraría de mí?

- ¿Amor a primera vista?-se encoge de hombros.

- jaja eso no existe, no seas graciosa.

Cambiamos de tema y colocamos una película, Crepúsculo y luego vimos algo de barbie.

¿Quién no ama a Barbie?

 Pedimos pizza y duramos ahí como dos horas.

Justo cuando venía mi parte favorita, Mi maldito teléfono suena.

- Katherine ayúdame.

-¿Que hiciste ahora Paola?

- ¿Sabes del hombre del que te hablé? me quiero obligar a hacer su abogada, pero no tengo mi título aun y si me pongo a hacer eso terminare en prisión, pero no entiende, no me deja tranquila, Ya no puedo más- responde agitada.

*Mi pequeña hermana, 21 años, Paola Jones le quedan dos años para terminar su título, es decir, para conseguirlo, es la mejor, muchas empresas la quieren para llevar Lo legal, pero aún no puede, desde hace unas semanas una empresa le pidió su ayuda, Pero ella se negó, al empresario ese no le importo.

-Okay, mándame la dirección de la empresa, yo me encargo de todo lo demás-respondo.

Es tan pequeña no merece esto.

- De inmediato te la mando, Gracias, te amo- esas palabras ablanda mi corazón.

-Igual, adiós.

Le cuento mis razones a Carla y salgo hacia la empresa que queda a unos minutos de la casa de Carla, salgo en mi auto directo a la empresa a pelear con ese estúpido, llegó y sí que esta grandes.

Es un magnate millonario.

Recuerda Katherin, 10 hombres no detuvieron tu huida esta mañana, no te asustes, él no te lanzara al mar-Me animo a mi misma.

Salgo decidida del auto y mientras entró como como toda una diva, como siempre, hasta que me detengo por chocar con alguien haciendo que caiga al suelo.

Que vergüenza.

Al parecer choque con un chico con hermosas piernas, ay no, concéntrate, subo la mirada y ahí lo veo, como si fuera el destino.

Choque con Aquel chico, Dios, es él, me ayuda a levantarme.

-Tu -decimos ambos al mismo tiempo.

le sonrió y me lanzó hacia él haciendo que se caiga, lo abrazo tan fuerte

Se los presento, Richard del Monte, mi amor platónico de la universidad, tenía 3 años que no lo veía.

- ¿Cómo estás? Tengo mucho que no te veo pequeña- me dice levantándose.

Si, soy su pequeña.

-Estoy bien y ¿tú? estás más guapo que nunca – digo y me doy cuenta de lo que dije.

Debes ser estúpida katherin.

- Estoy bien teniéndote enfrente mío, por cierto, estás más hermosa- me sonrojo de inmediato.

Tengo mis razones.

- ¿Y qué haces aquí?- me pregunta.

Esta bien katherin, no lo arruines.

-Estaba aquí para resolver algo- Le digo con una sonrisa

- ¿Se puede saber qué es? - piensa bien antes de hablar

- El estúpido dueño de la empresa no quiere dejar Tranquila a mi hermana, es un idiota- digo poniendo las manos de mi cabeza, me detengo al ver que me mira incrédulo, no, por favor que no sea el, que no sea lo que pienso.

- No me digas que tú eres, o lo siento mucho no quería...

No termino de hablar ya que me interrumpe.

 - No, no lo soy, soy el arquitecto, mi mejor amigo es el dueño-que alivio.

-Que bueno, ¿me puedes ayudar a ir con él? -pregunto viendo mis manos, siento tanta vergüenza.

- claro, Acompáñame- en eso nos dirigimos a la oficina del causante de mi dolor de cabeza, está vez me va a escuchar, llegamos con muchas miradas encima, pero llegamos.

-¿Que tal si después de que termines me acompañas por un helado? - me pregunta.

-Me encanta el helado.

- Entra, pasa, te presentó-asiento.

- Esta bien.

-Buenas tardes mi querido amigo -no termina ya que aquella voz lo interrumpe.

- ¿Qué quieres Richard? - esa voz.

- Alguien te busca, pasa katherin - paso y lo veo.

De todos los hombres en el mundo, ¿por que éste?

me volteo hacia la salida, necesito escapar, Pero se escucha esa voz horrible, pero tan atractiva.

- Espera, lárgate, Richard, Quiero hablar con la señorita.

No te vayas, no me abandones-trato de sujetar su mano pero los nervios no me dejan.

- Esta bien, nos vemos Katherin, te veo en la salida -veo cómo se marcha y como cierra la puerta.

Me volteo hacia el idiota y lo miro mal.

Sus perfectos dientes chocan con mi mirada – ¿En qué puedo ayudarte? -respiró hondo, esta bien, aquí vamos.

Recuerda, calmada y serena.

-Maldito pervertido, acosador, deja tranquila a mi hermana o te denunció-fueron las palabras que salieron de mi boca.

Que Dios me acompañe.

Mi casualidad más bonita( editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora