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— ¿Te sientes mejor? —preguntó Soonyoung al chino que se sentaba a su lado en el desayuno.

— Si, mucho mejor... Gracias por preguntar Hoshi hyung —Minghao le brindó una cálida sonrisa que derritió un poco más el corazón del líder de baile.

Quedaron en silencio hasta que el mayor se atrevió a hablar.

— Yo lo que quería d-decirte era... —miró la expresión confusa del chino y se tragó sus palabras,— q-que puedes tomarte el día hoy, hasta que puedas recuperarte mejor. Hablaré con el CEO...

— ¡Oh! No lo hagas hyung —negó Minghao,— Estoy bastante bien. No será necesario tomarme el día.

— ¿Estás seguro? —preguntó dudoso el mayor.

— Sí hyung, no te preocupes... —volvió a sonreír para el mayor.

— Está bien... Entonces ten cuidado y cualquier cosa me avisas... B-bueno, nos a-avisas —Soonyoung se corrigió y se levantó de la mesa,— Nos vemos en el estudio.

Salió casi corriendo de la cocina, mientras se repetía mentalmente un "mañana sí que lo haré".

Minghao al quedar solo en la cocina, decidió que también era hora de ir a la empresa y seguir ensayando. Antes de levantarse, vio un pequeño atado de gardenias sobre la mesa.

No era la primera vez que veía flores a su alrededor: le gustaba el detalle, pero no sabía quién era quien las ponía. Las tomó con cuidado y se dirigió a su habitación; ahí las acomodó junto a las otras flores que poseía y salió de la casa para dirigirse a ensayo.


Entre Flores y Danzas | Soonhao ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora