Capítulo 07

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- ¿Cómo me veo? – preguntó examinando cuidadosamente su reflejo.

- Bien - comentó Jaemin desinteresadamente.

- ¿Estás seguro de que no quieres ir? –

- De hecho – se puso de pie – estoy animándome a hacerlo. Iré a tomar una ducha –

- Debes estar bromeando – lo detuvo – te va a tomar una eternidad estar listo –

- Bien, entonces no voy –

- Mueve tu huesudo trasero y arréglate pronto –

- Podré ir a mi habitación más rápido cuando me sueltes – zafó su agarre – relájate ¿quieres? A nadie le gustas estresado –

- Lo siento, tal vez pueda usar algo de lo que consumes para siempre estar en modo zen –

- Que gracioso – entornó los ojos – no es difícil ser una persona tranquila, Jeno, solamente tienes que respirar hondo... -

- Muévete – ordenó.

Riendo, el castaño salió de la habitación a pasos lentos.

Jeno trató de tranquilizarse a sí mismo, pensando en el posible transcurso de la noche. Sabía que la posibilidad de casarse con Jungwoo ese mismo día no era mucha, pero se sentía optimista.

Luego escuchó cómo su hermano recién abría la regadera.

Gruñó y se dirigió a su habitación a armar al menos tres conjuntos que pudiesen gustarle al otro.

No perderían más tiempo.











Sabía que no había sido intención de sus amigos dejarlo solo, que sólo había sido una confusión, pero ahí estaba.

Jeno había encontrado a Jungwoo apenas llegaron y logró acercarse a él con la excusa de disculparse por lo que había ocurrido, por lo que habían terminado charlando animadamente. Donghyuck sostuvo firmemente su mano hasta que John llegó junto a ellos, pidió perdón a sus amigos, y lo llevó consigo para darle un obsequio que había llevado para él como disculpa por sus recientes discusiones.

En algún momento sólo quedaron Renjun y él, pero Jaemin animó al chino a acercarse a SiCheng, quien discretamente se separaba de sus amigos ocasionalmente con la esperanza de que ambos pudiesen escabullirse por ahí y estar juntos por algún fugaz momento.

Parecía que estaba jugando con él, sí, pero Jaemin lo dejó ir no sin antes darle la advertencia de que tuviera cuidado con él y que fuera claro con sus sentimientos. Renjun se veía tan feliz.

Pudo distinguir a su hermano en la lejanía hablando con quienes le rodeaban, entre ellos estaba Chenle, quien reía de todas sus bromas y, exitosamente, había logrado que Taeyong se inclinara más hacia él cuando charlaban, tratándolo diferente que al resto del grupo.

Lo felicitaría luego.

Ahora estaba solo, pero estaba enfocado.

Su único objetivo a sólo unos pasos, no había nadie más, por lo que caminó decidido hasta quedar frente a él.

Ahí estaba.

La altura era perfecta, el glaseado rosa brillaba y se veía esponjoso. Las letras de "feliz cumpleaños" decoraban perfectamente la parte superior. Lo quería.

- Es extraño – murmuró para sí mismo.

- ¿Qué cosa? – preguntó alguien a su lado.

Exaltado, giró, apenas notando al chico que había estado ahí todo el tiempo, apoyado en la mesa tomando su bebida tranquilamente.

- El pastel – giró a verlo nuevamente – nadie lo come. Tal vez es sólo decoración –

- No, es un pastel real – señaló girando hacia él – en nuestras fiestas siempre hay pastel, sólo que nadie lo come hasta el día siguiente –

- Se ve bien –

- ¿Quieres un poco? –

- No creo que deba – sonrió – es de mala educación partirlo sin el cumpleañero –

- Está bien, niño – aseguró – no va a importarle –

- ¿Cómo lo sabes? –

- Porque está súper ebrio – rió.

- No lo haré –

- Vamos, es un pastel. No es la gran cosa –

El castaño suspiró hastiado.

- Bien, tal vez lo haga –

- Sólo hazlo –

- Lo haré –

- Entonces hazlo –

- Voy a hacerlo –

- Aquí – dijo invadiendo su espacio personal, acercándose para tomar un poco de glaseado con sus dedos y embarrarlo en sus labios.

El menor lo miró tratando de asimilar lo que acababa de pasar, lamiendo lentamente el dulce.

El desconocido rió descaradamente ante su confusión.

- ¿Está bueno? –

Bien, tenía que concentrarse en el sabor.

- Mierda – murmuró – es el pastel más delicioso que he probado en mi vida –

- ¿En serio? – una sonrisa brilló en su rostro – iré a traerte un cuchillo – dijo antes de dejarlo solo para correr a la cocina.

¿Qué acababa de suceder?


Es todo por hoy.

No se imaginan ni quién es el que está con Jaemin, pero ya conocen a esta escritora. De repente se inventa unos shipps medio raros.

Hagan sus apuestas. Si adivinan, les regalamos un lemon del shipp que quieran en la historia que quieran. Comenten antes del 4 de noviembre.

Gracias por leer 💕

On Match DayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora