Capítulo 2: La Medicina

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Zuo Yunqi tomó la salsa y unas rodajas de lomo que fueron cortadas de forma tan fina como las alas de una cigarra y dijo: "Sí, lo disfrutaré todo".

El Terrateniente habló lenta y racionalmente: "Si pudieras vivir para siempre, ¿no solo querrías pasar un buen rato comiendo? ¡Xiaoxue!, ¡ven y pela el cangrejo del joven maestro!"

Xiaoxue respondió: "Sí".

Zuo Yunqi levantó la cabeza y miró el rostro florido del Terrateniente, y dijo con desdén: "...Zhumeng huele a carne y vino".

El Terrateniente dijo: "Oh, ¿no me tenías miedo?~"

Zuo Yunqi se sobresaltó: "¡No te atrevas! ¿Puedes pedir prestado un espejo de bronce?"

Zuo Yunqi le dijo al espejo: "Oye, esta persona es tan bonita".

"..."

"¿Primera vez que te miras al espejo después de todo esto?" Dijo el Terrateniente.

"Me escoltaron todo el camino y no me dieron comida. Tampoco espejos... ¡Oye, estos párpados no son buenos!"

"¡Hmph! El gran hombre todavía se preocupa por sus ojos".

Zuo Yunqi dijo con tristeza: "Lo mejor que solía mirar eran mis ojos, eran grandes y enérgicos".

El Terrateniente se burló y dijo: "¡Todos se han ido también, pero no es como si tú te hubieras ido totalmente! Tal vez eras un anciano calvo".

"¡Yo solía ser hermoso y bello!"

El Terrateniente dijo: "Muy normal. Es decir, ¡caminar por la carretera y ser detenido por varios hombres treinta veces seguidas!"

"¡BASTARDO!".

"..."

El Terrateniente de repente levantó la cabeza y lo miró fijamente. Entonces dijo: "Vuelve a decirlo".

Zuo Yunqi vaciló por un momento, con una cara de pánico, inclinó su cabeza: "No quería ser grosero..."

"Dilo de nuevo".

"..."

Zuo Yunqi dijo suavemente: "...Bas-Bastardo".

El Terrateniente suspiró: "Había un compañero de cuarto en mi universidad que era extremadamente pobre. Cada vez que peleaba con él, yo terminaba con esa frase".

Zuo Yunqi observó su rostro sin hablar.

El Terrateniente mostró una mirada solitaria y dijo: "Xiaoyu, sirve vino para este Lou Zhu, que esté lleno".

Zuo Yunqi lo vió levantar su copa y dijo pensativo: "...Si gustas, no me importaría saludarte así todos los días".

"..."

"Realmente no me tienes miedo".

Zuo Yunqi se sobresaltó: "¡Para ser honesto, estoy un poco asustado, pero no demasiado!"

"¿Por qué?"

Zuo Yunqi se levantó y le dijo: "Si una persona realmente murió una vez, no sería tan codiciosa de vivir".

El Terrateniente pareció suspirar de emoción: "Tienes razón. ¿Los que no vivimos hasta la muerte?"

Zuo Yunqi se rascó: "Miro a mi alrededor con un corazón que ha sido de mil años después, la fama y la fortuna son todos polvo, las quejas y el odio son todos huesos. Pero sí no los tienes, ya te fuiste, ¿entonces cuál es el problema?"

Zou Yunqi no era superficial, pero se sintió conmovido por sus propias palabras y murmuró: "¿Por qué el mundo debería asfixiarse por este polvo...?"

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