Caen

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En el patio se encontraban todos los estudiantes de la institución educativa, unos jugando, otros estudiando para los exámenes próximo u otros simplemente charlando sobre el tema, Izuku por otro lado estaba en la azotea mirando los pájaros volar junto al cielo que aún seguía nublado, rogaba porque lloviera un poco más, su bento de hoy ya había desaparecido y no tenía nada más que hacer para entretenerse más que mirar el cielo gris al que le pedía un poco de agua; la puerta de la azotea se abrió dejando ver a unos de los "compañeros" del peliverde, este se le acercó y le puso la mano en el hombro para llamarle la atención.

-Izuku, te llama Bakugo, está abajo esperándote-

De la nada la boca pálida del pecoso se torció en una sonrisa bastante amplia para después voltearse hacia él

-Gracias, dile a Kacchan que ya voy a bajar-

Nunca quitó su sonrisa de su rostro y el chico rápidamente después de la respuesta de Izuku se fue por donde vino, el peliverde fue a recoger la coca de su bento y se fue de la azotea también, se dirigió a su salón y dejó la coca debajo de su pupitre, instintivamente miró el puesto de Katsuki y fue hacia él, se fijó por debajo y vio que el papel que le había dejado esta mañana seguía ahí, no le tomó mucha importancia también y salio del salón para ir al patio de la escuela donde el rubio lo esperaba bastante impaciente, después de unos minutos llegó y se encontró con él detrás de la escuela, le miraba bastante serio y eso le extrañaba un poco al peliverde.

-¿Qué pasa Kacchan?-

-Esa hoja ¿Qué tenía?- La sonrisa volvió a poseer la cara de Izuku.

-¿No la leíste?-

-Como si el profesor estaba ahí idiota-

El peliverde soltó una pequeña risa, se acercó al rubio y lo tomo de las manos -Quería compartir contigo los planes que tengo para mí futuro, para ver si tú me apoyarías...-

Ok, era simple decir q el peliverde se le habían salido algunos tornillos, pero para llegar a este punto, el cenizo estaba demasiado confundido con todo lo que estaba pasando, el peliverde dejó libres las manos de Katsuki para después preguntarle qué si podía acompañarlo a la papelería que tenía que conseguir unas cosas, el rubio se negó diciéndole que su madre ya había planeado su día después de la escuela, lo cual era mentira, Izuku simplemente lo acepto y se acercó de nuevo a Katsuki susurrándole en su oreja.

-Te va a encantar...-

La piel del rubio se tensó inmediatamente al escuchar sus palabras, Izuku solo se fue otra vez a la escuela, otra vez no pudo hacer nada más que hacer lo que el peliverde le había dicho, el sentimiento de impotencia cada vez que hablaba con él era abrumadora.

"¿Así se siente él?"

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Es estridente sonido de la campana recorrió todo el terreno de la institución, los estudiantes volvían a salir como si fuera una carrera, los salones estaban casi vacíos de no ser por los profesores quienes arreglaban sus puestos de trabajo, Katsuki apenas estaba empacando para salir cuando escucha la voz de su maestro.

-Izuku tu madre te ha recomendado a la terapeuta escolar, ella te estará esperando mañana en el reseso-

-No me gustaaa... Quiero pasar mi tiempo de descanso como me de la gana-

-No es obligatorio, pero deberías ir después de es- Lo interrumpieron

-Ok... Iré después de comer-

¿Terapeuta? ¿Izuku? Bajo su conocimiento no había nadie más en la escuela con ese nombre y encima que hablara con el profesor que estaba encargado a su grupo, la curiosidad inmediatamente lo invadió, trato de ver de dónde venía el ruido de la conversación, se acercó a un salón vacío, un salón extra que tenía la escuela solo por si acaso, se asomó un poco y pudo ver como su profesor abrazaba al peliverde al final del salón en la oscuridad mientras este tenía la cabeza baja, para que no lo notaran se fue de inmediato pero con muchas dudas por delante, y quería tener respuestas, así que le esperó en la salida del colegio para preguntarle al peliverde sobre el tema, se quedó ahí unos 10 minutos hasta que el peliverde salió y cerraron la reja.

-Hey Deku-

-Ah! Kacchan... No te esperaba aquí- Dijo con claro nerviosismo

-Dime qué mierda pasó en ese salón-

-¿A qué te refieres Kacchan?-

-Yo te ví en uno de los salones extras con un profesor abrazándote diciendo cosas raras-

-De seguro fue tu imaginación Kacchan, ya sabes, la mente a veces nos juega malas pasadas-

-Eso no era mi imaginación ni nada De- Rápidamente fue interrumpido por el pecoso

-Aun así, que bien que esperaste por mí, ¿Me quieres acompañar?- Dijo el peliverde con media sonrisa en el rostro, de la nada una gota fugaz aterrizó en la sonrisa de Izuku haciendo que ambos adolecentes miraran hacia el cielo encontrándose con un rebaño de nubes que surcaban el cielo tapando cualquier forma de luz que proveía el sol, luego más gotas empezaron a caer encima de ellos provocando que el cenizo se enfureciera más mientras que las gotas de una u otra manera trataban de calmarlo, este sin pensarlo se fijó en el pecoso admirando su alegre mirada hacia el cielo, Katsuki podía jurar que por un instante, los ojos del peliverde recuperaron su brillo al ver caer gotas de agua para él.

-¿Qué te hace tan feliz Deku?- Pregunto con arrogancia

El peliverde conservando su boca curva dirigió su mirada a Bakugo para después decirle con un aire de melancolía.

-Dicen que el agua limpia tus impurezas Kacchan, que te libera de pesos que te preocupan...- La última parte llamó la atención del rubio y esto lo notó Izuku -Parece ser un regalo de una divinidad... ¿No es asi?-

-Te refieres como... ¿a Dios?-

El peliverde soltó una pequeña risa confundiendo aún más al cenizo

-Si Dios existiera Kacchan... ¿No crees que se guardaría esto para él solo? Sinceramente no puedo pensar en otra cosa más que...- Paró en seco para acercarse a Katusuki, tomar sus manos y suavemente elevarlas al cielo sintiendo como más gotas inundaban su uniforme -Más que... Los supuestos pecados que quedarían en su lugar...-

Era más que obvio que Izuku Midoriya no estaba en sus cinco sentidos en este momento y eso Katsuki lo entendía mejor que nadie, ver como su antiguo amigo de la infancia parecía perder la cordura día tras día lo torturaba, y aunque solo fueran tres días sentía todo el peso de la culpa por fin caer sobre sus hombros mientras el pecoso lo abrazaba escondiendo su cabeza en su pecho solo para decir más palabras que serían veneno para él, haciéndolo sentir culpable de sus actos pasados, las gotas que caían en su cara camuflaban el llanto del rubio ante el pecoso, tratando de ocultar su claro sollozo.

-¿Sabes Kacchan...? Alguien una vez dijo... Todo lo que sube tiene que bajar...- Izuku levanto su mirada nuevamente vacía para encarar Katsuki que no hacía nada más que sollozar ante las palabras del peliverde -Ahora yo me pregunto... ¿Cuándo bajaras Kacchan...?-

~Aunque la tortura pare, jamás dejaras de Sufrir~

~UA Centro De Ayuda Psicológica~






















𝐹𝑒𝓁𝒾𝓏 𝒹𝒾𝒶 𝒹𝑒𝓁 𝑜𝓉𝒶𝓀𝓊

UA Centro de Ayuda Psicológica [Cancelada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora