The four legends (cap 4)

3 1 0
                                    


De vuelta era viernes y los niños estaban esperando a que Matias llegara.

Matias estaba en el trabajo, apunto de salir. De repente su jefe se acerca

- Oye, Matias. Que tal, si te quedas una hora más- le dijo con algo entre manos

- Señor, tengo que ir a buscar a mi hijo y a mis sobrinos-

- ¿No puedes buscar a alguien mas que vaya?-

- Ahora  dígame... ¿Quien murio?

-Deysi...-respondio su jefe y rindiéndose

- Demonios...¿Cómo?-

- La encontraron muerta en su auto. Todavía no tienen idea de que-

Matias suspiró- Vale, me quedaré-

- Oh, muchas gracias. Será hasta que encuentre a alguien más-

- Pero- interrumpió - Me tiene que dar algo a cambio

- Te subiré el sueldo- dijo con apuro su jefe

- No me convence- esperaba algo más, había estado trabajando mucho los últimos días, tanto que aseguraba que sus bíceps iban a crecer de tanto llevar bandejas llenas de comida .

- Te dare cerveza¡-

- Mmmm...Vale-

Matias llamó a Michael avisandole de su cambio de horario. Luego su hermano fue a buscar a los pequeños. Habia pasado mas de una hora y Matias recien salia de trabajar, cansado, pero, con una caja de cervezas en lata.

Al llegar a su casa, se desvistió y se acostó mientras esperaba a que llegara su esposa. Amelia abrió la puerta principal y le extrañó que los niños no estuvieran jugando en la sala. Entró a su habitacion y vió a su marido tendido en la cama.

- ¿Matias? ¿Qué te pasó?

- Estoy muertisimo. Trabajé 2 horas más porque una moza murió- dijo sin moverse- En fin, iré a hacer la comida.

- Tranquilo, tu descansa, yo te haré de comer- le acarició la cabeza y fue a la cocina.

Mientras Matias se quedó acostado mirando el techo pensando en la cafetería a la que llevaría a los niños. Una vieja y grande. Quizas tenia mas de 100 años, su padre y su abuelo solían sentarse ahí a tomar un café y fumar.

Sus sillas era de madera clara, sus mesas también. No se veían muy nuevas, ni eran muy cómodas pero era lo que ese aire a los 70's y 80's. Habían fotos de los bisabuelos de los dueños actuales , estaban los primos, sobrinos, cuñados, suegros, hijos, etc. Fotos viejisimas de gente que uno ni conocía.

Si ibas a la mañana a eso de las 9:30 am, el sol entraba por las ventanas del local y daba en algunas mesas. Naturalmente se sentaban jubilados a leer el periódico y tomar café cortado o en jarra. Eran clientes de toda la vida, clientes que iban desde que tenían memoria.

La cafetería tenía reputación de que que tan solo iban abuelos, y si tu eras joven e ibas siquiera a tomar algo ya te llamaban viejo. Pero entonces, ¿a donde se supone que vas a tomar un café o lo que sea que quieras tomar?. Esa cafetería era la mejor del lugar. Ubicada muy bien. Con los mejores bocadillos que podrías pedir: ¿Acaso los únicos que pueden entrar son los jubilados?¿Así como quieren que vaya más gente?. La juventud se estaba incrementando. Ya no se veían mucha gente mayor de edad. Si Matias que tiene 30 años quiere ir, ¿lo van a detener? Y menos como era el. Si quería algo lo conseguía.

Matia se quedó en trance viendo el techo y pensando en como seria una pelea contra los viejos que lo insultaran. El los insultarian, el dueño les detendría. El se sentaría a tomar café y a fumar mientras miraba mal a la gente. por un momento ese pensamiento se convertiría en impulso para levantarse e ir a ver a su esposa en la cocina cocinando, obviamente.

Amelia estaba haciendo lasaña, suficiente para el hambre interminable de Matias, o el "agujero negro" que tenía, como diría su esposa. Si alguien viera todo lo que comía, seguramente le preguntaría él como estaba tan flaco o si entrenaba. El tan solo respondería "Supongo que tengo un buen metabolismo".

Michael llevó a Andy a su casa. Se quedaron charlando un rato. Luego se fue. Andy jugó un rato en la sala mientras su padre ponía la mesa.

21:00 pm en punto. Se sentaron los tres a comer una lasaña como para una familia de 6.

Terminaron de comer. Amelia se ocupó de Andy y Matias lavo los trastes. A eso de las 22:47 pm se fueron a dormir todos.

The four legendsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora