Nadja al caer la noche, llevo a elizabeth a la cama. Esta noche era algo diferente, la pequeña se sentía muy feliz ya que quería ganarse la confianza de nadja Cuthbert para quedarse felizmente en Green Gables. Nadja estaba haciendo la cama mientras eliza estaba quitándose sus medias largas.
-anoche me di cuenta que tiraste tu ropa al suelo cuando te acostaste a dormir- dijo nadja Cuthbert mirando disimuladamente a la albina- es una costumbre muy desordenada y no lo permitiré. Debes doblar bien tu ropa y ponerla en la silla, de nada me sirven las niñas desordenadas.
-tenía la mente tan atormentada anoche que no pensé en mi ropa- decía elizabeth mientras doblaba la primera capa de su vestido- hoy la voy a doblar bien, suelo tener mucha prisa para meterme en la cama para tranquilizarme e imaginar cosas- ya en ropa interior.
-tendrás que recordarlo mientras estés aquí- le regaño nadja- Te quedo claro que estas a prueba no.
-si señora, muy claro.
-bueno. Te doy una semana para convencerme- suspira- reza y metete a la cama.
-ah yo no rezo- nadja se asustó demasiado al oír eso, su expresión era puro horror, ¿Cómo era posible que no rezara? Es muy importante ¿acaso era pagana?
-¿que?
-ah bueno, nos enseñaban en la escuela dominical del orfanato, me encanta el catecismo suenan muy esplendidas algunas palabras como infinito o inmutable. No es poesía pero suena como si lo fuera ¿verdad?- ya con su pijama puesta.
-no estamos hablando de poesía elizabeth, estamos hablando de plegarias. ¿No te han dicho que es muy malo no decir tus oraciones cada noche? Para mi eres una mujercita muy mala.
-la gente dice que los albinos tienen una apariencia extraña con diferentes discapacidades y con una apariencia muy rara de ver- dijo eliza en tono de reproche- la gente que no es albina no sabe lo molesto y grave que resulta. Menos mal no nací con problemas y estoy sana pero tengo algo contra el sol. Me han dicho que dios me ha creado con el cabello albino a propósito, y desde entonces no me eh preocupado más por él. Y siempre estaba tan cansada de noche como para ponerme a rezar, los gemelos cansan demasiado.
Nadja tenía que hacer algo urgente con la pequeña, debía instruirla religiosamente así que no había tiempo que perder.
-rezaras cuando estés bajo mi techo.
-por supuesto, como usted quiere hare lo posible para complacerla. Pero dígame como decirlas, por favor solo por esta vez- dijo decidida.
-debes arrodillarte- dijo nadja un poco avergonzada.
Elizabeth se arrodillo y poso sus codos en la cama, alzando su mirada con seriedad.
-¿Por qué la gente debe arrodillarse para rezar? Si realmente quisiera rezar, te diré lo que haría: iría a un gran campo abierto, sola, o al bosque profundo, y miraría hacia el cielo, hacia arriba, hacia ese hermoso cielo azul sin fin, y solo sentiría la oración. Bueno, estoy lista ¿Qué tengo que decir?
Nadja no podía estar más avergonzada, estaba segura de enseñarle a elizabeth la clásica oración de niños, con dios me acuesto, pero le pareció algo muy simple y ridículo para una niña de 13 años así que se decidió por lo más justo para ella.
-tú ya estás muy grande para rezar tu sola- fue lo único que pudo pensar antes de contestarle- dale gracias a dios por tus bendiciones y pídele con humildad las cosas que quieres.
-me voy a esforzar- dijo la albina con tranquilidad y comenzando a cerrar los ojos con cuidado comenzando con su oración- generoso padre todo poderoso- paro para mirar a nadja- Eso dice el ministro de la iglesia y supongo que se aplica lo mismo en una plegaria personal- pero nadja asiente sin sacar ninguna palabra de su boca.
<<Generoso padre todo poderoso>>
Te doy gracias por el camino blanco del encanto y el lago de aguas refulgentes,
Por la querida bell y la hermosa reina de hielo. Estoy extremadamente agradecida por ellos.
Y son todas las bendiciones que se me ocurren por ahora. En cuanto lo que quiero, son demasiadas
Cosas que me tomaría mucho tiempo decirlas todas, entonces te mencionare las dos más
Importantes.
Permite que me quede en Green Gables y permite que de mayor sea una mujer bella.
Tuya sinceramente.
Elizabeth Shirley.
-listo, ¿lo hice bien?- pregunto ansiosamente mientras miraba a nadja.
-por lo visto lo hiciste bien- nadja estaba por darle un colapso mental. No era por la petición de elizabeth, si no la ignorancia religiosa. Pensó que mañana le enseñaría una oración de verdad y así decir sus plegarias como son- a dormir.
Eliza la obedeció y se fue directamente a la cama, pero antes de que nadja se alejara elizabeth se sentó y comenzó a hablarle.
-oh, ahora que lo pienso, debí haber dicho amén en vez de tuya sinceramente ¿no? como los ministros. ¿Cree que afecte en algo?
-yo... yo creo que no- balbuceo nadja- ahora vete a dormir.
-como dios como mi testigo, hare todo lo posible para quedarme aquí...
-buenas noches.
-dios dame fuerzas para poder hacer mi misión...
-SUFICIENTE- dijo alzando la voz y con expresión enojada.
-lo siento. Ya me gusto rezar.
-pues ya hay que decir buenas noches- fue por la vela y elizabeth por fin se acostó.
-esta noche puedo decir buenas noches con la conciencia tranquila- dijo eliza para después cerrar sus hermosas esferas azules.
Nadja asintió y cerró la puerta con cuidado y bajo hasta la cocina encontrándose con baltra sentado en la silla. Dejo la vela firmemente en la mesa y se sentó con un suspiro de lado.
-esa niña está a un paso de ser una pagana. Solo dios sabe en lo que nos estamos metiendo.
Fue lo último que dijo y baltra estaba de lo más tranquilo con su pupa en mano. Sabía perfectamente que nadja estaba en desacuerdo con la pequeña pero si ellie logra convencerla podría quedarse sin problemas, pero la albina ya había entrado al viejo corazón de baltra, era dulce y con una inocencia daba buenas vibras en cualquier lado que valla. Esperemos que dios se lo conceda ;3
Otro más o sí. Empezamos bien con la semana de romance e imaginación y me está gustando como va esto. No se vallan a desesperar que el melizabeth ya casi llega solo toca darle unos caps extra, les prometo que no se arrepentirán. Nos vemos en romance en altamar.
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Elizabeth la de tejas verdes
FanfictionNadja y Baltra Cuthbert, dos hermanos de mediana edad que viven juntos en Tejas Verdes, una granja en un pueblecito llamado Avonlea, en la Isla del Príncipe Eduardo, deciden adoptar a un niño huérfano de un orfanato de Nueva Escocia para que les ayu...