O8; 𝙽𝚞𝚎𝚟𝚊 𝚒𝚗𝚝𝚎𝚐𝚛𝚊𝚗𝚝𝚎.

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Al fallecer la madre de Shōyo, su hermana menor no tenía con quién quedarse más que con él, hasta que cumpliera la mayoría de edad y saliese al mundo tal como quería

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Al fallecer la madre de Shōyo, su hermana menor no tenía con quién quedarse más que con él, hasta que cumpliera la mayoría de edad y saliese al mundo tal como quería.

Por lo que allí se encontraba la pelinaranja frente a la "pequeña" casa de la que su Nii-chan le hablo, pues, la verdad ella misma no sabía si su hermano era demasiado modesto o ciego, aquello no podía ser solamente una "casita", era una mansión que más.

Siendo ella quién vivió hasta la actualidad con su madre, se había apegado demasiado a ella, como la alfa que era, el instinto de proteger a sus seres queridos era inigualable. Aun, ella no estaba bien, su lado lobuno estaba durmiendo, para intentar equilibrar las emociones pesadas que llevaba cargando en su espalda.

Ya no tenía a su hermosa madre omega a su lado, sería difícil levantarse y no ver su rostro, con aquellas visibles líneas de expresión en los costados de sus ojos.

Si bién, su hermano se fue a Brasil por un tiempo, más al resto en donde volvió y prácticamente se casó con tres alfas, ella precisamente, necesitaba seguir protegiendo a su familia.

Lo sentía por sus cuñados, pero no dejaría que siguieran acaparando todo el día a su Nii-chan, entraría en el papel de hermana celosa sin razones, y a la vez si.

— ¡Natsu, te dije qué ya íbamos a buscarte a la estación! Mooh~ —hizó un puchero ligeramente infantil, a lo que le saco una sonrisa a la fémina.

Atsumu tenía un pequeño control en las manos, el cuál tenía un botón, a este lo apretó y la reja de seguridad se abrió casi como chiste.

— Te dije que no había problema, para éso existe el google maps Nii-chan —entró, mientras dejaba sus valijas en el suelo y saltó a abrazar a su hermano mayor, el cual quedó varios centímetros abajo.

— ¡Natsu-chan! —salió por la puerta Bokuto, mientras chocaba los cinco con la menor.

Ambos se llevaban bién, casí como mejores amigos.

— ¡Bokuto-san, que alegría verle! —terminó de decir, mientras acariciaba el cabello de Shōyo.

— ¿A tu cuñado favorito no le vas a saludar? —preguntó el rubio con una ceja alzada.

— A Bokuto-san ya lo salude —le miro como si fuera obvio, haciendo fruncir el ceño de Atsumu.

Eran el tipo de cuñados qué se llevaban como perro y gato.

— No entiendo como Shōyo-kun —jalo a su omega para tenerlo en brazos — sea hermano de una engendró de satanás como tu —beso la mejilla sonrojada de Shōyo.

— Ya van a empezar —suspiro Shōyo, a lo que se separó un poco de su Tsumu, por precaución de la pelea que se avecinaba.

— ¿Omi-Omi salió? —preguntó Bokuto, mientras se escuchaba la mini-pelea de los alfas naranja y amarillo.

— Dijo que debía comprar urgentemente más tapabocas, vio una noticia de un nuevo virus que le asustó —mencionó Shōyo con una gotita en la sienes.

— Debí acompañarle al menos —dijo el peliplata preocupado, ya que era el único que no tenía nada que hacer por el resto del día, los demás si debían, hasta que llegó la menor, y no tuvieron que ir a buscarle.

— No te sientas mal Bo-kun —le abrazó Shōyo, quedando su cabeza en el pecho el alfa de aroma a avellanas — Omi-kun salió muy rápido y no tuvó tiempo de avisar.

— Esta bien —sonrió algo convencido, de un momento a otro, los alfas que peleaban ya tenían desacomodado su cabello.

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• 𝑨𝒎𝒐𝒓 𝒅𝒆 𝒂 𝒄𝒖𝒂𝒕𝒓𝒐 • Team BJDonde viven las historias. Descúbrelo ahora