Capítulo 72

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No importa cuánto se enfurecieron o cuestionaron la vida aquellos que conocían la verdadera naturaleza de Shi Qing, su nombre se extendió rápidamente por todo el país.

Para aquellos que no prestaron mucha atención a temas como los nervios artificiales, es posible que se sintieran un poco alarmados e inseguros la primera vez que se enteraron de algo así.

Sin embargo, una vez que lo entendieron, su incertidumbre se transformó en admiración y profundo respeto.

Como sugiere el nombre, los nervios artificiales eran nervios artificiales.

Entonces, ¿para qué se usaría tal cosa?

En términos más simples, los humanos podrían controlar sus extremidades gracias a las señales enviadas por el 'comandante supremo' en su cabeza, el cerebro.

Los nervios motores entre la extremidad y el cerebro actúan como mensajeros.

Cuando una persona pierde una extremidad debido a un accidente, la prótesis que le colocaron no puede comunicarse con el cerebro. A lo sumo, podría controlarse con un control remoto o botones, pero sería inferior a la parte del cuerpo original.

Los nervios artificiales fueron una forma de cerrar esa brecha.

Permitirían a la persona lesionada sentir sensaciones a través de su prótesis e incluso controlarla usando su cerebro.

Podrían sentir una vez más el dolor de ser pinchados con una aguja o el calor del agua caliente.

En otras palabras, con los nervios artificiales, perder una extremidad ya no parecería una sentencia de muerte.

Los parapléjicos podrían caminar, las personas que han perdido los brazos pueden usar ambas manos, incluso las personas sordas podrían volver a oír.

Esta investigación fue un shock absoluto, no solo para la comunidad científica o médica, sino para todo el país.

Según la legislatura estatal, las patentes de las invenciones del Instituto pertenecerían al creador durante los primeros veinte años si no tuviera aplicaciones militares o para salvar vidas. Por lo tanto, podrían establecer sus propios precios y beneficiarse de su trabajo.

Siempre que Shi Qing lo desee, fácilmente podría ganar suficiente dinero para toda la vida. Pero no hizo tal cosa.

En cambio, anunció su intención de donar su investigación de nervios artificiales al gobierno una vez perfeccionada.

¡Qué patriota!

¡Qué admirable!

¡Qué buena persona debe ser!

Mucha gente ha trabajado en este proyecto e incluso ha realizado prototipos, pero nadie ha podido perfeccionarlo. Además, todos los métodos de producción propuestos hasta ahora eran demasiado costosos para producirlos en masa.

Por el contrario, el invento de Shi Qing fue muy asequible.

No solo no fue costoso de construir, también expresó su deseo de donarlo al gobierno.

Cuando este profesor Shi mencionó en un comunicado de prensa cómo necesitaba voluntarios con amputaciones o deficiencias auditivas para probar sus inventos, y cómo dichos voluntarios recibirían cirugía gratis...

El sitio de la aplicación se bloqueó el primer día de registro debido a la abrumadora cantidad de solicitantes.

En cuanto al profesor Shi, simplemente se reclinó y dejó que su novio le diera fruta.

Desde la convocatoria de voluntarios, el profesor Shi volvió a sus formas anteriores de holgazanería.

Se despertaba perezosamente por la mañana, dejaba el trabajo perezosamente al mediodía, tomaba una siesta y regresaba a la oficina para jugar por la tarde.

E K I G PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora