La segunda hija infame de papá

Lárgate Danielle, ¡lárgate!

Cuando entramos a casa de Alexander todo estaba obscuro y lleno de polvo.

Alexander: Hola...
 
Su mirada era sombría, como si su vida se hubiera escapado de su rostro. Estaba pálido, considerablemente más del delgado y su voz era más áspera; en ese momento me quedo algo claro ese hombre ya no era el Alexander Mora que yo conocía, ese hombre estaba ocupando el lugar de alguien que en algún momento fue importante para mí.

Más sin embargo eso ya no era importante para mí y por un segundo el verlo devastado, sin vida, sin ese brillo en los ojos, sin esa sonrisa y mirada intimidante me hizo sonreír, sin embargo lo oculte de inmediato.

Abogada: buenas tardes señorita Smith; soy Laura, la abogada de..-

Danielle: ¿De mi verdugo, de la razón de mis pesadillas, de mi violador, de mi torturador, del padre de mis traumas, del responsable de mis heridas? Lo sé señorita Laura.

Le ofrecí la mano y ella la tomo desviando la mirada

Danielle: ... sinceramente no sé lo que le hayan dicho pero aquí el no mirar a alguien a la cara al hablarle es considerado un acto de cobardía.

Aaron: Danielle...por favor.

Danielle: entiendo. Más sin embargo no me retracto de mis palabras. Y lic. Laura no hablaré con usted o su cliente hasta que mis abogados lleguen espero y lo comprenda.

Pasaron un par de minutos hasta que mis abogados llegarán: 1: Anton. El mejor abogado en violaciones 2: Samantha y Andreá. Hermanos gemelos: Los mejores de su generación durante 6 años consecutivos, especializados en tortura 3: Scott: el mejor abogado en privación de libertad, es decir secuestro. 4: Andreyh: El mejor abogado en pedofilia
5: James El mejor abogado en intento de homicidio 6: Michael: La mejor abogada en homicidio (grado uno y dos) 7: Tina La mejor abogada en negligencia infantil. Y por último mi comodín: las 10 chicas violadas, abusadas, maltratadas, y torturadas por Alexander Mora.

Andreá: muy bien, ¡hablemos.!

Antón: es evidente lo que procederá ¿No lo cree abogada?

Samantha: Si le soy sincera señorita Laura: no le conviene a su cliente ir a juicio

James: no después de haber matado a una jovencita de 17 años

Tina: por negligencia infantil.

Andreyh: sin mencionar a las menores de la cual es señor Alexander Mora se encargó de destrozar física y mentalmente, niñas huérfanas, solitarias, en condiciones de calle y demás.

Mientras escuchaba a mis abogados solo podía sonreír, pero no podía decir lo mismo de Alexander; quien contenía las lágrimas y apretaba la mandíbula. Tras casi 3 horas de descartar las escusas e intentos de retirar los cargos así como llegar a un trato con mis abogados por fin llegamos a un acuerdo:

Michael: no iremos a juicio mientras el señor Alexander este dispuesto a pagar por....-

Danielle: lic. Michael quisiera hablar con el señor Alexander un segundo por favor, me aseguraré de dejar en claro los términos de nuestro acuerdo.

Michael: bien.

Danielle: muy bien. Alexander estás chicas buscan dinero, poder, estabilidad económica y psicológica pero eso ya lo sabes....por otro lado, yo ¡Ja! Bueno yo quiero acciones en tu empresa o mejor dicho quiero TU empresa, ser la nueva dueña.

Alexander: ¿Cómo puedes pedirme eso?

Danielle: como tu pudiste torturarme por días. Si aceptas ellas no volverán a molestarte, yo me encargaré y sobre todo esto no irá a juicio.

Alexander: Danielle... por favor, es lo único que me queda, por favor no hagas esto. Te lo suplico

Danielle: no estoy aquí para escuchar tus súplicas, después de todo tu tampoco escuchaste las mías.

Alexander se llenó de irá y dió sus respuestas a gritos, golpeando fuertemente la mesa, lo cual no me inmutó

Alexander: ¡No! Así que lárgate Danielle, ¡lárgate!

Danielle: me estás escupiendo...

Limpie mi mejilla y me puse de pie para mirarlo a los ojos

Danielle: dejaré que tú y tu abogada lo hablen, esperaré su respuesta para el día de mañana a las tres de la tarde

Salí de la habitación y Vi a Aaron y a mis abogados sentados en el sofá y de pie por toda la habitación.
 
Danielle: señores; nos reuniremos con el señor Alexander Mora y su abogada el día de mañana a las tres de la tarde, los veré aquí. Hasta luego.