No puedo apartar los ojos de su pequeña figura sobre la cama, sus pies se agitan rítmicamente, mientras su mano sostiene a medias un biberón con leche, que yo mantengo firme.
Han pasado un par de semanas desde que volvimos a Cádiz.
―Tiene mejor aspecto ―comento sin apartar los ojos de mi tarea, consciente de la presencia de Uriel a mi espalda, antes de que sus manos toquen mis hombros y su rostro se asome por encima de cabeza.
―Lo hace. Koller ha asegurado que esta fuera de peligro, no tienes que preocuparte.
La pequeña boca de Siren se mueve, emitiendo un chillido emocionado y derramando un poco de leche por su barbilla, que rápidamente limpio, volviendo a colocar el chupete en sus labios.
―Le gusta tu voz ―señalo lo evidente, porque el pequeño ha estado encantando con él desde que lo sostuvo por primera vez. Uriel solo hace un sonido de protesta―. Es muy pequeño.
―Es normal considerando la falta de alimento, pero crecerá.
―Tengo miedo ―admito, aunque estoy segura de que él mejor que nadie puede entenderme. Uriel ha visto a Siren como un propósito, una meta a salvar y está lleno de determinación. Conociéndolo no estará dispuesto a fallar, pero conmigo es un poco distinto―. ¿Crees que hacemos bien al quedarnos con él? ―Me preocupa no estar capacitada.
Él cambia de postura, acomodándose en el borde de la cama detrás de mí, sus brazos rodeando mi cintura.
―No creo que haya una mejor persona para ser su madre que tú. ―Sus palabras me hacen sonreír y apoyarme en él, mientras Siren vuelve a soltar una letanía de palabras sin sentido, sonidos propios de un bebé.
Ahora puedo ver un brillo lleno de vida en sus ojos, algo que me hace sentir optimista.
―Siempre quise tener hijos, muchos ―digo soltando una risilla―. Veía a los hijos de mis vecinos, a mis hermanos pequeños...
―Tienes la oportunidad que te fue arrebatada.
―Tal vez no era el momento, porque debía esperar por ti y por Siren. ―Sus labios rozan mi mejilla y sonrío, sintiendo que mi pequeña familia está completa―. Haremos lo mejor y será un gran chico.
―Lo será, porque te tiene a ti.
*****
Uriel hace un gruñido de frustración arrojando los pantalones en cama y sale detrás de Siren que da vueltas en paños menores por la estancia, yo desde la puerta, lucho por no estallar en risas. Soy consciente de que Uriel podría tenerlo a su alcance en un segundo, así es intencional el hecho de dejar que Siren corra de un lugar a otro.
―Te tengo, pequeño ―expresa victorioso, antes de que Siren se escabulla metiéndose debajo de cama.
―No, papá ―murmura Siren.
A sus casi 4 años es más listo y vivas que un niño ordinario y aunque me preocupaba su fragilidad en sus primeros meses, ahora es un verdadero diablillo.
Uriel se inclina debajo de la cama, protestando, hasta que decide levantar la cama y ver la cama sorprendida de Siren.
―No hagas eso ―reprendo entrando y temiendo que Siren no demorara en querer imitar a su padre.
―¡Mamá! ―Siren se levanta como un resorte y viene a mis brazos―. ¿Puedo hacer lo mismo que mi padre? ―Le doy una mirada molesta a Uriel que simplemente se encoge de hombros.
"Prometiste no hacer cosas raras. ¿Cómo resolverás esto?".
―Solo si comes como se debe ―responde él― y entrenas conmigo.
―¡No! ―niego.
―¡Si! Quiero una espada.
―Él salió a ti, no me mires ―dice como si nada Uriel.
****
Se hizo lo que se pudo. Feliz cumple a las chicas del grupo de la donante. @Minerva316 @Keisha-Armendariz y Maria
YOU ARE READING
La donante: Extras de los extras
VampirosAlgunas partes que son el pilon de la historia. En su mayoria sobre Linaje.