Capitulo II - Muerte nunca te desee tanto

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¿Me estaba quemando?, ¿Estaba muerta?, Oh vaya que desearía estar muerta, el dolor era insoportable me quemaba desde adentro, trate de moverme o gritar para que alguien tuviera piedad y me matara, seguía sufriendo, ¿esto se iba a acabar en algún momento?, ¿mi sufrimiento debía ser eterno?, prefería mil puñaladas en el abdomen que esto, ¿que es lo que había hecho para merecer esto?, me lo repetí mil veces y nada me calzaba.

Solo espere mi muerte pero se tardaba demasiado, el fuego se extendió a mis piernas y mi cabeza ¡Por qué no muero! Me estaba quemando viva, a este paso solo debía ser polvo, pero ¿por que seguía consciente de lo que pasaba?. El fuego se extendió a mi pecho, sin desaparecer de mis extremidades me amordazaba ferozmente. No me percate de ningún cambio y no había nada que me ayudara a determinar el tiempo, el fuego no cambiaba aun, podían haber pasado meses o incluso años ¿estaba en el infierno?

El fuego disminuyo en mis manos y mis pies, con eso comencé a pensar con claridad ¿Tal vez mi sufrimiento al fin se terminaría? Trate de mover mis pies y el fuego se fue todo directo a mi pecho, exploto con toda su potencia quitándolo de mis brazos, cabeza y piernas, con eso liberando mis oídos y mi olfato, algo apestaba.

–Seth, la morfina se ha ido, esta por despertar, pasaran meses si no años antes de que se pueda controlar. – Dijo un hombre, ¿Quién era Seth?, ¿Dónde demonios estaba?.

–Seth será mejor que te vayas - Le decía otro con voz preocupada.

¿Es esto un hospital? Trate de concentrarme, de mover mis brazos hasta que pude, comencé a gritar, si había gente significaba que había una oportunidad para rogarles que me mataran, ya que el fuego del pecho me estaba calcinando y en un momento mi corazón se desenfreno completamente.

Si estaba en un hospital ¿donde estaba mama? Comencé a pensar en ella, en sus abrazos, en su calor, en su... sangre.

Repentinamente senti un poderoso ardor en la garganta como si caminara por el desierto a pleno sol y no hubiera bebido ni una gota de agua, aunque no deseaba agua, el agua no podía saciar esta sed.

Mi Hombre Lobo [Pausada Temporalmente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora