Capitulo III - Los Cullen

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  • Dedicado a Todos los que me han apoyado
                                    


Que me pasaba, ¿Qué me han hecho?, por que pensar en mi madre de esa forma, nunca le haría daño, pero Dios estaba tan sedienta, solo la sangre podría saciar mi sed y la encontraría, la encontraría como sea. El fuego de mi pecho desapareció, y con el los latidos de mi corazón.

Un fuego mas grande se situó en mi garganta, abrí los ojos, no estaba en ningún hospital, estaba en... una casa pero ¿donde?, donde estaría mi madre, debía estar preocupada, había tanto colorido en aquel lugar.

El lapsus de múltiples pensamientos hizo que me diera vueltas la cabeza, levante mi mano hacia mis ojos, mi cuerpo se sentía mas libre, mas ligero de lo normal, sentía que poseía mas control que nunca, me percate de algo ¿Ropa nueva? Tenia puesto un vestido rojo hasta las rodillas, ¿por que estoy vestida así?, ya nada importaba solo necesitaba algo, no importaba a que costo pero lo encontraría. Comencé a oler hasta que localice lo que buscaba, un pulso, la calidez me envolvía, se me hacia agua la boca...

Me levante de la cama en la que estaba y divise una ventana para saltar, di un brinco pero alguien me sujeto de la cintura, comencé a luchar contra él, era un hombre alto, de cabello rubio miel y ojos amarillos, tenia múltiples cicatrices en la piel por lo que me alarme mas, era perturbador, pero la necesidad de sangre era tan grande que nada me detendría, algo me hizo sentirme mas calmada y menos ansiosa pero la sed no se iba, logre escabullirme de aquel hombre, una mujer se abalanzo contra mi, se parecía mucho al otro hombre, cabello rubio, piel pálida y esos horribles ojos amarillos, fue mas fácil evadirla a ella, cambie mi rumbo hacia una puerta que suponía otra escapatoria, comencé a correr hacia allá pero un hombre y una mujer se situaron ahí, lance un gruñido monstruoso y comencé a correr para saltarles encima, automáticamente un hombre grande y musculoso se abalanzo sobre mi inmovilizándome, luego aquel otro rubio me sujeto las muñecas apretadamente, no era doloroso pero suponía un ataque por lo que debía defenderme, la otra mujer rubia me sujeto con aun mas fuerza, no podría luchar contra todos ellos, en total eran seis contra uno.

Comencé a pensar con un poco mas de claridad, el ambiente se torno mas calmado y solo pensaba en mi comportamiento, ¿por que lo había hecho?.

– ¿Qué me han hecho? – Les acuse – ¿Quiénes son?

– Mi nombre es Carlisle Cullen y ella es Esme – Me dijo el hombre que vestía con bata blanca señalando a la mujer castaña – y ellos son mi familia, Seth te ha encontrado en el bosque agonizante, te hemos dado una segunda oportunidad – Lo mire con el ceño fruncido ¿Quién era ese Seth del que hablaban? – Alice ven por favor.

Las manos de el hombre rubio se tensaron aun mas, una chica de algo así como 1,60 con el pelo corto, negro y rasgos finos comenzó a caminar hacia mí, mas bien danzar seria la palabra correcta, pareciera que no tocara el suelo, llevaba un espejo enchapado en plata en la mano y lo acerco a mi rostro, detrás de ella estaba aquel hombre grande y musculoso atento a mis movimientos.

Al verme al espejo solo me concentre en los ojos color escarlata que se situaban en  medio de mi rostro con una expresión preocupada – ¿Qué  soy? – Pregunte un poco asustada de la respuesta.

– Un vampiro – Dijo la mujer rubia con desdén, mirando hacia la nada.

– Debo beber sangre humana para vivir – No había idea que me aterrara mas, ahora era un monstruo, mi existencia significaría el fin de otras cientos a lo largo de mi vida, bueno no se  si "vida" seria el termino correcto. Según lo que sabia de vampiros eran inmortales, vivían en ataúdes y usaban trajes negros, pero estos parecían más humanos, de todas formas– No quiero esto. –Dije mas bien enojada que nada.

– Bienvenida al club – Me dijo la rubia aun mirando a la nada.

– Rose – Esme le llamo la atención.

Mi Hombre Lobo [Pausada Temporalmente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora