Una vez en un sueño

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Él no entendía por qué de todas las personas en el mundo, le tenía que pasar a él.

La mañana era lluviosa. Realmente lluviosa y para Harry Styles, las mañanas lluviosas eran sinónimo de caos. Recorría la ciudad a toda prisa, el tráfico era un desastre sin importar las reformas de transporte y él sólo no podía llegar temprano a ningún lado.

Entró en la cafetería. Mientras la ráfaga esterilizante lo recibía, su mirada verde revoloteó por el lugar encontrando a Niall dándole una mirada de reproche. Era la tercera vez en la semana que llegaba tarde.

"Lo siento" se disculpó al mismo tiempo que dejaba su abrigo empapado en uno de los ganchos del vestidor y tomaba su delantal, listo para una ronda agitada.

En menos de veinte minutos una ola de trabajadores atravesarían la puerta y gritarían sin cesar por un almuerzo decente, si es que un sándwich de pollo o una malteada energética se podía considerar eso.

"La próxima vez te confundiré con algún comensal, llegas apenas antes que entren" se quejó Niall.

"Ya sé, ha llovido toda la semana. Es un infierno" se quejó mientras lo ayudaba a terminar los sándwiches, para luego dejarse caer en la silla tras el mostrador.

La luz verde no le dejó siquiera.

"No te pongas cómodo" anunció Niall.

"Ya lo sé" suspiró Harry sonriendo hacia el grupo que había entrado en la cafetería. 

Todos tenían trajes bastante elegantes, miró el reloj y apenas era la hora de almuerzo. Debían estar hambrientos. Miró su pantalla y las órdenes empezaron a llegar tan abruptamente que tuvo que pedirle a la asistente que le ayude a organizarlas según las identificaciones. 

"Buen día" saludó entregándole su pedido al hombre de la fila cuya identificación coincidía con la orden dieciséis. 

Suspiró cuando se alejó, aún tenía que entregar otras veintidós órdenes, y no había asistente que le ayudara con las tareas manuales.

Una hora después, la cafetería se había vaciado.

Harry agradeció cuando Niall se despidió dejándolo solo en su turno. Además de la hora del almuerzo, no tenía mucho que hacer en realidad. Las tardes siempre eran tranquilas.

Cuando la luz verde se encendió, cerca de las cinco de la tarde alzó la mirada viendo a un joven llegar con un abrigo realmente grande. El chico maldijo por lo alto al frío, al clima, al gobierno, a todo en general antes de acercarse al mostrador. 

Harry lo vio pasar la mano por su cabello castaño mientras miraba el menú. Estaba lo suficientemente lejos que Harry no pudo ver su rostro hasta que se acercó. Las finas facciones llamaron su atención. Un indicio de barba creciendo realmente alineada a su mandíbula afilada le pareció interesante.

Miró su pantalla y se dio cuenta que él aún no había ordenado nada desde su teléfono. Era extraño que alguien no lo hiciera de esa forma en esos días. La gente prefería el menor contacto posible.

"Buenas tardes, ¿puedo ayudarte con algo?" le dijo sonriendo a pesar de que el joven aún no había alzado la mirada.

"Uhm, sí" asintió pasa sí mismo antes de alzar la mirada fugazmente para volver a bajarla, enfocado en su teléfono "Quisiera un helado de menta".

"¿Un helado de menta?" preguntó incrédulo digitando el código, sin embargo.

"¿Qué tiene?" preguntó él. Harry pudo ver sus cejas fruncidas con confusión.

"No lo sé, ha hecho frío todo el día. Es raro que las personas coman helado con este clima"

El joven se encogió de hombros.

"Me gusta la menta y no me apetece el té hoy" suspiró dejando el teléfono en uno de los bolsillos de su pantalón. Finalmente alzó la mirada y Harry olvidó como respirar en cuánto vio sus ojos, tan azules como el mismo cielo. Harry incluso podía jurar que el cielo no era tan azul.

"Claro" dijo asintiendo, concentrándose en preparar el helado y no en sus ojos "Uhm, son dos..."

"Sí, ya sé el precio" sonrió de lado entregándole la tarjeta. Harry se sintió un acosador cuando leyó el nombre descaradamente.

"¿Louis Tomlinson?" preguntó vacilante.

"El mismo" asintió el chico —Louis, se recordó— antes de recibir de vuelta su tarjeta.

"Aquí tienes tu helado, Louis. Disfrútalo" Harry le entregó el helado con cuidado y no iba a decir que no sintió sus dedos cosquilleando por tocar la mano del joven frente a él.

"Gracias, uh... Harry" dijo Louis leyendo su identificación con el ceño fruncido, volvió a mirarlo y Harry se sintió expuesto ante esa mirada "¿No nos hemos visto antes?"

"No lo sé, es muy probable" sonrió Harry, sus hoyuelos asomándose.

"Claro, yo definitivamente recordaría un rostro" dijo Louis mirándolo con detenimiento.

"Yo definitivamente recordaría el tuyo" las palabras salieron antes de que Harry pudiera evitarlo "Yo, lo siento..."

Louis rió por lo bajo, bastante divertido.

"No te preocupes" suspiró mirando su helado de menta. Realmente no sabía por qué había pedido uno en realidad. Le gustaba la menta pero hacía un frío infernal y él tenía dientes sensibles "Como sea, tal vez fue en un sueño. Adiós, Harry, gracias por el helado"

"No hay de qué" logró responder antes de perderlo de vista al otro lado de la puerta "Tal vez sí te he visto en un sueño, Louis" susurró para sí.

Si Harry Styles había soñado con los ojos de Louis Tomlinson esa noche, nadie tenía por qué saberlo.

Si Louis Tomlinson había empezado a frecuentar la cafetería sólo por mirar a Harry Styles sonrojarse, nadie tenía por qué saberlo.

Si Louis Tomlinson había deslizado su número de teléfono junto con su tarjeta y había guiñado un ojo antes de irse, Harry Styles no era quien para negarse a escribirle.

Si Harry Styles y Louis Tomlinson se habían enamorado luego de dos citas, nadie podía juzgarlos.

Si dos almas que habían sido separadas de manera cruel en algún momento se volvían a encontrar, el destino había tenido compasión.


Encuéntrame (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora