Falacia

2 1 0
                                    

     Creí que el monstruo había cedido,

que se había ido,

que me había olvidado...

     Me crecieron alas nuevas, tan grandes y tan bellas. Eran mis hermosas frágiles alas nuevas.

     Mi sonrisa se llenó. Y entonces volé en dirección a esa nube en forma de esperanza y tranquilidad de la que me enamoré.

     Mientras subía más y más, me amaba, mis cicatrices olvidaron su fecha de cumpleaños, mis lagrimas se reían junto a mis labios, y cálidas, me daban la prueba de vida que mi mene necesitaba.

      Ahí estaba mi nube, tan perfecta esperando por mí, dando la impresión de estirarse para sujetarme.

Yo iba por ella, ella esperaba por mí.

Y estando ya ahí, lo sentí. Como un muro de cristal estaba ahí.

Mi cuerpo impactando en él me lo confirmo.

Grite y mi nube lloró.

     Y como si tan solo fuera un juego divertido, sujeto mis pies, a rastras por los cielos extirpando mis alas, devuelta a mi prisión.

Mi monstruo apareció de nuevo.

Regreso porque me extraño...

LOS MONSTRUOS DE CORADonde viven las historias. Descúbrelo ahora