Al día siguiente, Laura se despertó con los rayos de sol de la mañana, que iluminaban toda la habitación. Ella se levantó y lo primero que hizo fue darle de comer a su pececillo, Goldie. Era un pez dorado, con una mezcla de escamas brillantes amarillas y naranjas. Se lo había regalado su padre y era muy importante para ella. Cada vez que se desanimaba, miraba a Goldie y sonreía recordando a su padre. Después de darle de comer, bajó las empinadas escaleras y se hizo el desayuno: huevos revueltos con beicon y café. Laura bailaba al ritmo de su canción favorita, la cual estaba sonando en la radio,"Glory Box" de Portishead. Mientras cocinaba, la cocina se llenaba de esencias y olores que daban hambre y hacían la boca agua. Cuando termino de cocinar, apagó la radio y se dispuso a comer lo que había preparado con dedicación y tiempo. Al terminar, Laura fregó los platos y se dispuso a terminar de leer su libro. La rutina de Bill no fue muy diferente. Desayunó y se puso a componer música.
La situación cuando llegó la noche no fue muy distinta que la anterior. Bill salió y se sentó a tocar en su tejado y Laura se sentó a mirarle y escuchar su melodía. Aunque esta vez pasó algo diferente. Por primera vez, los dos habían mantenido contacto visual el uno con el otro. Ambos se dedicaron una pequeña sonrisa. Laura y Bill sentían en su corazón que se conocían ya desde hacía tiempo, aunque se acabasen de ver. Bill continuó tocando la guitarra y Laura hizo lo mismo de siempre, escuchar. Al finalizar, Bill volvió a mirar a la joven.
-"Buenas noches..."- Dijo él. Laura sonrió y asintió, metiéndole en su cuarto casi a la vez que Bill.
Laura y Bill no podían dejar de pensar uno en el otro. Se preguntaban cómo sería conocerse mejor.
Todas las noches pasaba lo mismo, ambos salían a sus tejados y balcones, Bill tocaba, Laura escuchaba y al terminar se daban las buenas noches.
Bill, una de las noches, pensó en Laura un poco más de lo normal y decidió que tenían que conocerse mejor. Por eso, a la mañana siguiente, Bill le escribió una pequeña nota a Laura. Esta decía. "Hola, no sé quién eres. Todas las noches nos vemos, yo toco mi guitarra y tú escuchas. Últimamente solo estoy tocando para ti. Me gustaría conocerte mejor, así que si quieres, ven a la playa de Vermilion a las 6:30. Espero verte, Bill. :)" Bill salió de casa y dejó el sobre que contenía la carta en el suelo, tocando la puerta de Laura y corriendo de vuelta a su casa.
Laura se encontraba leyendo las últimas páginas de "All my sons" cuando escuchó como alguien tocaba la puerta de la entrada. Se levantó y dejó el libro en la pequeña mesita del salón, dirigiéndose hasta la puerta y abriéndola. Para su sorpresa, Laura no se encontró a nadie a la vista. Entonces miro hacia abajo y vio un sobre color blanco amarillento con detalles dorados. Laura lo cogió y cerrando la puerta, volvió a sentarse en el sofá y abrió la carta, leyéndola atentamente. Mientras la leía, sus labios rosados fueron formando una sonrisa lentamente y sus mejillas se sonrojaron, tornándose de un color granate.
Mientras Bill y Laura esperaban a lo largo del día para que se hiciese la hora, iban pensando en las posibilidades de las cosas que podrían pasar cuando ellos dos se viesen. ¿Sería un encuentro incómodo? ¿Romántico? Quién sabría decirlo...
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D E S T I N Y
FanfictionEs una pequeña historia que se me ocurrió escribir, basada en Twenty One Pilots. Ficción.