Inojin.

565 56 90
                                    

Inojin comprendía que no todo en la vida era como él quisiese. Sabía perfectamente que la mayoría de las veces todo le salía mal. Como cuando intentó declararse a su mejor amigo la primera vez; Un Shikadai feliz porque Inojin le dijo que serían amigos por siempre, o eso entendió su amigo.

Él sabía perfectamente todas esas cosas pero aún así, esperaba que por una vez en su corta vida algo le saliera bien. Rogaba internamente que éste no fuera el final de su corta he inútil vida. Aún no había hecho nada heroico como prometió, no se había declarado a su mejor amigo, no le había dicho a su padre cuanto lo amaba y lo más importante de todo, ninguna de sus pinturas había sido exhibida aún.

Sin haber logrado nada de eso, ahí se encontraba, en el suelo, llorando por su vida.

—El infierno está vacío.— Dijo nuevamente, tomó a Inojin por el cuello sin hacer presión —Y todos los demonios están aquí.

—¡Ayuda! ¡Boruto, Shikadai!— Comenzó a gritar totalmente desesperado al sentir la mano de el hombre rodear su cuello, puso sus manos alrededor de las del hombre intentando hacer que éste lo soltase —¡Shikadai! ¡Por favor, alguien!

«Mierda. Por favor, alguien.» Estaba asustado. El hombre levantó a Inojin tan solo tomándole del cuello y comenzó a hacer presión, quería ahorcarlo.

En cuanto su pies abandonaron el suelo, sus ojos se contrajeron violentamente. El cierre de su vía respiratoria fue tan abrupto que se le hizo imposible respirar. Ni siquiera lograba oír como el hombre reía feliz por su desesperación. Los oídos le silbaban y los dolores, así como la necesidad de respirar, no le permitían aguantar mucho más.

Inojin en un último intento lanzó un manotazo a la cara del hombre pero para su mala suerte, su mano atravesó su cara. Por primera vez en su vida, Inojin estaba seguro de que moriría.

Su pecho comenzó arder, intentó tomar una bocanada de aire sin éxito. Sintió sus párpados pesar, supo que en ese momento se desmayaría y sería todo. Su cuerpo comenzó a relajarse, como si aceptara que moriría aunque el chico estaba totalmente negado a esa idea.

De la nada, recobró la consciencia. El hombre repentinamente se había desvanecido en el aire. Cayó al suelo aún adormilado por la falta de oxígeno. Jamás había estado tan feliz por haberse caído.

—¡Inojin!

En cuanto tocó el suelo, desesperado, comenzó a toser intentando recuperar el aire perdido. Se estremeció, se encontraba más pálido que de costumbre, sus labios tenían un leve toque azul y su delgado cuello tenía unas feas marcas de manos las cuales se dejaban ver totalmente por su extrema palidez. Inojin aún no podía hablar por lo que decidió hacer un ruido fuerte para llamar la atención.

En un par de minutos ya estaban Boruto y Shikadai a su lado, intentando comprender lo sucedido. El más pálido aún no se atrevía a decir alguna palabra, seguía intentando respirar con regularidad, y pese a todo, seguía realmente asustado. Seguía teniendo escalofríos, sus amigos entendieron que no debían acercarse hasta que él se los pidiera.

—¿¡Que diablos sucedió!?— Exigió respuesta. Shikadai se encontraba a su lado, estaba realmente preocupado pero eso no quitaba que quería saber lo sucedido.

—Shikadai, deja que respire.— Boruto intentaba ser comprensivo ante la situación de Inojin.

El chico seguía de espaldas al suelo, tomando bocanadas de aires mientras de vez en cuando tosía. Se estremeció al sentir como alguien se le acercaba, golpeó la mano de su contrario haciendo que se alejara,. Se sorprendió ante su accionar pero no dijo nada, aún estaba asustado. Tomó otra bocanada de aire y por fin habló;

Fantasma Muerete [Shikajin] [Mitsuboru]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora