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"Si yo pudiera darte una cosa en la vida, me gustaría darte la capacidad de verte a ti mismo a través de mis ojos. Sólo entonces te darías cuenta de lo especial que eres para mí."

Frida Kahlo.

§

Shibusen se veía fantasmagórica. Más de lo habitual. Y es que estaba preparada para la anual fiesta de la noche de Halloween. La más especial de todas.

Existían múltiples mitos sobre ella en diferentes lugares y culturas, todos respetables, pero lo que les conectaba directamente a ellos era el misterio que desprendía en sí mismo, y la conexión con la magia de las brujas; el aumento de ésta. Era a su vez una noche de celebración y descanso, y de extrema alerta. Diversión a modo de fiesta. Peligro potencial si una bruja decidía hacer uso de esa noche para algo más que una simple "travesura".

El ambiente olía a pastel, a galletas de jengibre, frutas, y sobre todo, a una alta variedad de golosinas. Atestaba la nariz de aroma dulzón, taponándola. A muchos les encantaba, otros se deleitaban con la decoración que distaba mucho también de ser discreta con du despliegue de pancartas murciélago, telarañas, esqueletos brillantes, lámparas calabaza que flotaban sobre las cabezas, enredaderas con flores púrpura en paredes, puertas y balcones, y orbes azules que te perseguían por los pasillos un rato y se esfumaban a voluntad.

No, definitivamente, aquella noche no era nada normal. Jamás.

Soul y Maka llegaron a la sala de fiestas tarde, como de costumbre. Se internaron en ella y comprobaron que ya estaba abarrotada.

— ¿Ves? Y tú preocupada por si alguien nos echaba la bronca —dijo Soul a modo de protesta—. Hay tanta peña que ni se fijarán en nosotros.

Ambos se detuvieron en las puertas, mientras una espesa neblina blanca procedente de un enorme caldero negro humeante apostado en el centro de la estancia les cubría por completo los pies.

—Eso nunca es lo importante y lo sabes —puntualizó Maka—. Además, no sé ni por qué hemos tardado tanto si ni siquiera te has disfrazado...

Maka observó a Soul de reojo bastante dolida, pues el chico iba vestido con su traje negro a rayas y camisa roja. Lo único que accedió a llevar tematizado a petición de ella fue una corbata con forma de murciélago de color negro, que su compañera se apresuró en ajustar en ese momento, al tiempo que Soul replicaba.

— ¡Claro que sí! Voy de tío "molón". Eso debería bastar.

La chica arrugó el entrecejo, contrariada, pero no dijo nada. A diferencia de él, se había puesto un disfraz de arlequín de malla ajustada con corsé color negra, una falda corta y tonos turquesa; en el cuello, un collar blanco lleno de pliegues; botas negras de cordones, altas; y en el pelo, sus coletas adornadas con otro par de murciélagos, a juego con la corbata de Soul.

—Eres un aburrido.

—Mira quién habla, la adicta al estudio dispuesta a participar en la función.

En esa ocasión, Maka captó el doble sentido, y no le sentó nada bien, pero Soul seguía siendo Soul, y sonrió de oreja a oreja triunfante por haber dado en el punto. La chica terminó de ajustar la corbata y lo soltó, dirigiéndose al centro de la sala sin más. Soul carraspeó y la siguió.

— ¡Maka! ¡Soul!

Sus amigos los llamaron desde uno de los balcones abiertos. Atravesaron la sala pasando entre el gentío y sus diversos disfraces con dificultad, ya que la banda de música había empezado a tocar piezas en directo y bailaban por todo el centro de la sala. Con el volumen de la música, tuvieron que elevar también el suyo para hablar con sus amigos cuando se reunieron con ellos en el balcón.

Conectados [Especial Halloween]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora