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Las calabazas flotantes volvieron a adueñarse de cada rincón de Shibusen, al igual que el año anterior. En la sala de fiestas también se habían vuelto a colgar los mismos adornos y el caldero de neblina humeante fue sustituido por uno repleto de gominolas de gusanos gigantescos de diferentes colores que brillaban bajo la luz de las velas. La banda de música llevaba disfraces de esqueletos fluorescentes, al igual que el maquillaje blanquecino de la cara, haciendo más intensa la interpretación de cada una de las piezas tétricas que tocaban. En las distintas mesas, habían expuesto multitud de chucherías, dulces y bebidas, vigiladas por un profesor de la escuela como estricta medida de seguridad.

Maka, que vestía un traje largo de la Francia del siglo XIX color rosa palo, ligeramente escotado, con el pelo rubio en un bonito recogido de flores a juego, cogió un par de cupcakes de calabaza y se alejó de la zona de las mesas. Ya en su habitual balcón, sonrió a sus amigos, que ya degustaban chocolatinas y bebidas color frambuesa.

—Este año os tomáis las precauciones muy en serio —dijo Maka a Kid, que charlaba animadamente con Liz—. Y vuestros disfraces también —agregó, tratando de no reírse.

El grupo entero parecía haberse puesto de acuerdo para llevar en conjunto disfraces de superhéroes de cómic. Todos se giraron hacia ella, pero sólo Kid suspiró abatido.

—Es lo mínimo que podíamos hacer, tras lo sucedido el año pasado. Todavía me siento fatal, Maka, más sin haber encontrado al atacante con las numerosas investigaciones que abrí durante estos meses atrás —explicó, en su disfraz de Batman—. En cuanto al atuendo... Fue idea de Black Star.

El ninja, que iba de Robin, arrugó el ceño.

— ¡Y encima que se me ocurre a mí, me toca ir de ayudante! ¡Tienes más cara que espalda, tío!

El Shinigami encogió los hombros, ignorándolo, regresando con Liz, que vestía igual que Fénix.

—Lo importante es pasarlo bien, chicos. Por favor, no os peleéis —medió Tsubaki con la sonrisa amable de siempre.

— ¡Para ti es fácil decirlo! ¡Vas de Wonder Woman!

Maka y Tsubaki se miraron un instante, soltando una risita por lo bajo. Los celos de Black Star darían mucho que hablar esa noche.

—Por cierto, ¿habéis visto a Soul? Debería haber llegado ya. Fui por algo dulce para los dos, pero no le...

Los cuatro sonrieron al tiempo, pero Tsubaki se adelantó para quitarle los cupcakes de las manos a Maka.

—Tranquila, yo te los guardo mientras tanto.

La chica arqueó una ceja, sin entender.

— ¿Mientras tanto qué?

Black Star se rascó la nariz. Liz y Kid hicieron un gesto con la cabeza al unísono para que mirase a su espalda, luego sorbieron con calma de sus respectivas bebidas. Al mirar atrás, Soul estaba justo ahí, con un traje de chaqueta negro de estilo victoriano compuesto por una camisa blanca, chaleco, pañuelo rojo oscuro a modo de corbata, una capa negra y una máscara blanca que le cubría la mitad de la cara pero que, pese a eso, dejaba entrever una afilada sonrisa.

— ¿Me concedes este baile? —le preguntó, con una mano extendida hacia ella.

Maka le devolvió la sonrisa, al tiempo que aceptaba la mano que le tendía.

—Ya tardabas.

La guió hasta el centro de la sala, donde comenzaron a moverse al compás de la música.

Conectados [Especial Halloween]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora