Nos tomamos el día entero fuera de casa, el aire de las nuestras (y más la mía) es un poco difícil de beberla.
A las 4 de la mañana, se sentó al borde del techo de una casa, escribiendo una larga, larga carta a la luna mientras yo encendía en pequeña vela, aún sabiendo que no brillaría más que él.
A las 7 de la mañana, desayunamos suspiros y un poco de besos robados (el hambre, después de todo, se da de diversos modos).
Al mediodía, se le olvidó sacar su bufanda. Cogimos bicicletas y entonces cuando la vista se le nubla con la tela en la cara yo estoy ahí para apoyarlo, apoyarlo contra el suelo o cuando se cae, siempre apoyarlo.
(Yo le dije que si se cae yo lo besaré, entonces él no se siente mal cuando da un tropiezo de vez en cuando).
A las 6 de tarde, el cielo se sonroja y le digo al atardecer que durará el tiempo que él se mantenga aquí, en la playa, con el cabello despeinado y lunares que la arena le regaló de más.
A las 8 de la noche, llegué a Marte, donde el sol no se esconde, donde nada es extraño y me dice que la vida continúa aún si casi nadie me apoya.
No volvimos, perdimos la dirección a la Tierra (y es que le dije que llegué a-marte).
14.01.2020
Donde quisieran repetir ese día.
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Debería compararte con un día de sol » Jjk & Kth
Poesía❝ Eres como aquella persona que no sé cómo describir pero intenta lo posible. Él, a quien le dedico todos mis versos y de paso lo meto en un grave poema. Él, quien es un caos, desde sus cabellos dorados hasta los pasadores de sus suci...