Capitulo II Parte II: La Fiesta de Jonathan

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─B-Buenas tardes señora Carmen─ Dije mis manos empezaron a temblar en ese momento, no sabía qué era lo que había pasado, solo que se sintió de una manera extrañas al estar de así con Michael.

─Buenas tardes Lily, ¿Vienes a quedarte hoy?─ Dice la madre de mi amigo

─No, madre ella va conmigo a la fiesta de Jonathan, ayer te hable de eso─ Mi amigo se levanta y ve a su madre molesto.

─Oh...Cierto, se me había olvidado─ Expreso la madre tocándose la frente y dando leves sacudidas─ Bueno nos vemos luego─ La mama vuelve a cerrar la puerta y mi mirada se cruza con la de Michael.

─Ehh...Creo que tengo que ir a bañarme para ir a la fiesta─ Dije levantándome de la cama y tomar la toalla que tenía en mi bolso junto con mi ropa interior, en ese instante siento la mano de Michael sujetándome el brazo. Volteo mi mirada hacia él en forma interrogativa─ ¿Qué es lo que pasa?

─No, no pasa nada─ Dice soltándome y saliendo por la puerta en donde se había salido su madre.

─Algunas personas pueden a llegar ser tan complicados...─ Dije dirigiéndome al baño.

Al salir del baño con el vestido puesto me doy cuenta que me veo increíble y mi cuerpo se moldea con el vestido, es como si fuera diseñado solamente para mí. Me dirijo al tocador y empiezo a retocarme el cabello. No me gusta usar maquillaje, pero para esta ocasión solo usare un labial rojo que me regalo la hermana de Michael y unos aretes que tenia puesto que son completamente blancos.

Me coloco unos tacones negros y me observo en el espejo. Alguien entra a la habitación, pero no me doy cuenta quien es la persona que entro. Se me eriza la piel al sentir dos manos en mi cintura.

─Te vez guapísima─ Dice Michael susurrándome en el oído─ Déjame ayudarte con esto─ Observo en el espejo, como desciende su mano hasta mi cuello y me coloca un hermoso collar con piedras rojas, parecían pequeños diamantes alrededor del collar─ ¿Te gusta?

─ ¡Me encanta! Eres el mejor─ Me di la vuelta y lo abrace. Me separe de él y visualice─ Tu no te quedas atrás, volverás locas a muchas con esa vestimenta.

─Solo quiero volver loca a una─ Expreso.

─ ¡Uyy¡ Mi amigo está loco de amor─ Empecé a bailar un baile que me invente de repente, mientras lo veía reírse.

─Ya es hora de irnos─ Nos dirigimos a salida de la casa y nos montamos en un auto vino tintó que me pareció hermoso. Mientras estábamos en el auto nos hacíamos bromas o contábamos anécdotas de lo que nos pasaba alguna veces. Al llegar nos estacionamos en una gran mansión, Jonathan era un chico que sus padres siempre viajaban y los dejaban con su nana al parecer y los días sábado siempre hacia fiestas como estas, todos los jóvenes ricos nunca se perdían una de estas fiestas, era como la mejor fiesta del siglo. Entramos a la mansión y teníamos que gritar para poder oírnos ya que no escuchábamos muy bien por la música en alto. Nos dirigimos a la cocina y nos encontramos al dueño de la casa con el chico que me había dicho cosas de mí esta mañana. Veo como él me observa y me sonríe.

─Michael, veo que trajiste a la prostituta...Ese vestido te queda divino, no quieres sentarte en mi regazo─ Dice Liam dando unas leves palmadas a su regazo. Lo mire asqueada y tome una cerveza que se encontraba ahí en la mesa.─ Oye esa cerveza era mía.

─Ella no es ninguna prostituta, así que mejor retrátate Liam, porque tú me conoces muy bien.─ Yo solo le sonreí a Michael y me acerque a donde se encontraba Liam y le vacié la cerveza encima.

─ ¡Pero qué mierda te pasa tía? ─ Dice encolerizado Liam, limpiándose la camisa.

─Yo no soy ninguna prostituta y sobre sentarme en tu regazo...No que asco, mejor buscaste a Laura esa está más abierta que cualquier chica de este lugar─ Observo como él se levanta de la silla furioso y antes de llegar hasta donde estoy yo, Michael se atraviesa─ Michael yo puedo con esto.

Matanza PlayboyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora