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Wei Ying murió

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Wei Ying murió. Sabe que lo hizo.

Sintió las garras de los cadáveres arrancar cada parte de su cuerpo después de que su shidi lo apuñalara.

Después de ver la decepción en los ojos del hermano del hombre que ama mientras ve a todos esos cultivadores deshaciéndose de personas inocentes.

Después de haber dejado a su hijo, su pequeño bebé escondido.

Wei Ying sabe que murió.

Pero Wei Ying no sabe dónde está ahora.

Se siente cálido, se siente muy bien a decir verdad. Se siente como la vez que Lan Zhan lo había tomado en brazos en esa cueva mientras caía en la inconciencia y escuchaba al mayor tararear una canción de la cual nunca supo su nombre.

Wei Ying se siente feliz, se siente amado, ilusionado vilmente ante este sentimiento que quiere conservar.

Pero después despierta. Se da cuenta de que no está bien este sentimiento, que no se encuentra en su yo, sino en el de alguien más.

Alguien que aún no ha pasado por lo que él tuvo que vivir.

Sus ojos se abren mientras mira hacia el frente de la habitación, y sostiene un sollozo que quiere escapar de su garganta.

Está de vuelta.

Está frente a toda la clase de Lan QiRen, quién lo mira con furia en sus ojos, furia a la que ya está acostumbrado y que no solo viene de ese hombre sino de la mayoría de esta habitación. Especialmente su shidi.

Oh, su shidi, él se encuentra ahí. Sus ojos lilas aun brillan con esa inocencia y carácter brusco que intenta ocultar su suave y frágil corazón.

Sus ojos se dirigen a la persona al frente de él, y mira como los ojos dorados del que en su vida anterior creyó que era su alma gemela, comienzan a quebrarse en dolor inmaculado cuando ambos se levantan.

"Lan Zhan" también está aquí, lo está mirando con ojos dorados quebrados ante el golpe de su secta, la muerte de su padre, la angustia de su hermano, y finalmente la muerte de ambos.

Pero ¿Por qué Lan Zhan está aquí?, ¿Qué lo puso en peligro? Y recuerdos vagos de túnicas blancas manchadas en sangre, golpeteo de metal contra metal y cuerdas de un guqin roto resonando en su cueva lo golpean fuertemente.

¿Él murió por protegerlo?, ¿Qué castigo impuso su secta para que Lan Zhan, La WangJi, el segundo jade de Gusu Lan, HanGuang Jun cayera y muriera?, ¿O es qué en verdad eran (son) almas gemelas y que si uno muere el otro perece con él?

Lan QiRen los observa, más furioso  por el hecho de que su amado sobrino este ahí, parado con ese desvergonzado mirándolo con algo que no sabe distinguir.

Pero su mirada no está enfocada en el rostro del hombre mayor, se va hacia la estantería tras él, dónde reluciente y brillante, junto a muchas más, se encuentra su espada. Su amada Suibian, esa que ya no puede (podía) volver a empuñar con elegancia, desafío y superioridad.

Pero después recuerda, con una inminente falta de aire, que su núcleo dorado está  en su lugar, brillante, grande y rebosante de energía espiritual que ha estado cultivando desde que era un niño. Ve como Lan Zhan sigue su mirada, y antes de qué cualquiera haga algo la espada sale de dónde está, se desenvaina en el aire y la hoja queda a centímetros de su rostro.

Nadie más lo ve, solo él. Pero en la reluciente hoja no está Wei Ying, Wei WuXian el alborotador niño de Yunmeng Jiang, el dolor de cabeza de cualquiera y quién está aprendiendo de la vida.

En ese reflejo de lo que una vez fue su orgullo, está El Patriarca Yiling, comandante de cadáveres feroces, quién te hace temblar con tan solo darte una mirada de ojos bermellón, quién con un solo silbido te desarma y quién con un solo soplido a su instrumento tan temido como el propietario, acababa con cientos de soldados. Ahí está el Wei WuXian que perdió su secta, a su familia, su núcleo dorado y su cordura para mantener a las personas que ama a salvo.

Wei Ying observa como un cauteloso zorro se mueve, pero es más rápido, la espada está lista, su shidi no tiene sus reflejos y cae estrepitosamente contra la mesa cercana.

"Wei Ying" y sus sentidos aún están alertas mientras ve al hombre de su vida intentando llegar a él. Bichen aún en su vaina pero nota que los demás ya tienen sus espadas en mano. Lan QiRen incluído.

¿Por qué están haciendo esto?, ¿Por qué está aquí?, ¿Por qué no puede descansar?

Sus ojos de luna observan a Lan WangJi. Y perdido como en un eclipse de sol, se ahoga en el sollozo que se atora en su garganta pero aún así se arregla para hablarle al brillante ser de luz que se encuentra solo a unos pasos de él.

"Gracias y lo siento" alcanza a ver por última vez su reflejo en el filo de la espada, cuando corta de tajo su garganta.

"¡Wei Ying!"

"¡Wei Ying!"

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