𝓢𝐓𝐀𝐍𝐃 𝐁𝐘 𝐌𝐄 ❙ STRANGER THINGS IMAGINAS

﹐☆★ : jane hopper ｡

❝ IMAGINA SER LA HIJA DE HOPPER Y DISFRUTAR CUIDANDO Y PASANDO TIEMPO CON ONCE ❞
hecho por: no lo recuerdo, si lo sabes comentalo.

—Jane... No puedes comer Eggo's por el resto de tu vida— Suspiraste profundamente, tratando de quitar la caja del fuerte agarre de la chica —¿No crees que se volvería aburrido después de un tiempo?—

—¿Aburrido?— Once preguntó, inclinando ligeramente la cabeza mientras sus grandes ojos marrones te miraban desde su lugar en la mesa.

—Sí, aburrido...— Murmuraste, tomando la caja que finalmente había liberado y colocándola de nuevo en el refrigerador en el estante inferior —Por ejemplo, de repente comenzarás a odiarlos porque los has comido con tanta frecuencia... O perderás interés por ellos ¿Entiendes?—.

—Entiendo— Once asintió con la cabeza cruzando los brazos y colocándolos sobre la mesa de la cocina mientras continuaba viéndote mirar a través de los armarios.

No era como si la estuvieras regañando, en realidad era todo lo contrario. Desde que te mudaste a Hawkins para vivir con tu padre, Hopper, habías formado un rápido vínculo fraternal con Once, quien a su vez, te admiraba y apreciaba.

La tomaste bajo tu protección y le enseñaste cosas que nadie más se había molestado en hacer. Once ahora podía leer y, aunque hiciste todo lo posible, todavía estaba aprendiendo a escribir. Sabía doblar su ropa y tus formas furtivas de esconder el desorden de tu padre. Ella no tenía permitido cocinar nada por sí misma todavía, aunque como cuando trataste de enseñarle, accidentalmente dejó la estufa encendida y, a su vez, se incendió.

Nadie resultó herido y todo fue perdonado. Sin embargo, le habias dicho a Hopper tu misma por privado que había sido Once y, a su vez, lo hizo más feroz al protegerla y asegurarse de que entendiera todo y cualquier cosa que estaba a punto de hacer.

—¿Te gustan los huevos y las tostadas?— Preguntaste, revisando el refrigerador para ver si tu papá se había abastecido de ellos desde la última vez que ingresaste a la vieja cabaña.

—Si— Once asintió con la cabeza, sonriendo levemente mientras tomabas los dos últimos huevos y los giraba para que ella los viera —¿Ayuda?—

—¿Quieres ayuda?— Preguntaste, arqueando una ceja mientras tomabas un sartén de uno de los armarios debajo del fregadero. Once asintió con la cabeza, empujando su silla hacia atrás mientras se levantaba y se dirigía hacia ti —Muy bien, entonces... Toma el pan, mételo en la tostadora y presiona el botón. Bastante simple ¿Verdad?—

—Simple— Once dijo con confianza, siguiendo sus órdenes.

Ustedes dos continuaron preparando el desayuno, que resultó ser otra de las muchas experiencias de unión. Aunque todavía estaba limitada en su departamento de habla, Once pudo comenzar y terminar conversaciones que solo podría haber deseado que hiciera hace unos meses.

Justo cuando ustedes dos tomaron asiento en la mesa una vez más, Once te detuvo, agarrándote de la mano y jalándote hacia el refrigerador. Al principio, estaba un poco confundida, pero todo quedó claro cuando abrió la puerta y señaló la familiar caja amarilla.

—¿Solo uno?— Once preguntó, levantando una ceja mientras sonreías levemente.

—Uno— Asintió, agarró la caja y sacó un Eggo antes de entregártelo con una sonrisa —No le digas a papá que te di eso—.