Sueños cumplidos

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La luz gris del amanecer inundaba la habitación en la que se encontraba Kioko. La muchacha parpadeó varias veces para acostumbrar su vista, se frotó los ojos mientras intentaba dilucidar dónde se encontraba.

Las sábanas y la cama tenían un agradable perfume varonil que le resultaba vagamente familiar.

 Recordó la noche anterior y sonrió, algo sonrojada, tras la imagen de Kakashi poniendole la camiseta que ahora llevaba como pijama.

Se levantó y curioseó un poco, había un estante con varios libros entre los que se encontraban los tan famosos Icha Icha, un escritorio muy ordenado, un par de plantas, el baño...

Entró a asearse y al salir, notó en la cómoda, una pastilla y un vaso con agua que le venían como anillo al dedo por su creciente dolor de cabeza, seguro se la había dejado Kakashi por su resaca. Sonrió y se bebió la pastilla, luego salió algo tímida de la habitación.

En la sala, sobre el sofá, había un cobertor cuidadosamente doblado sobre una almohada, lo que le hizo comprender que ahí había dormido el Hokage, la tv estaba encendida y de ella sonaba Nessun Dorma.

En la cocina se oía ruido y salía un olor exquisito a atún, pan tostado y café.

Se asomó al umbral y ahí estaba Kakashi, de espaldas, salteando vegetales y atún en una sartén, a su lado había sendos platos con pan tostado, lechuga y tomates, luego vertió el atún encima, le puso un par de lonchas de queso y una tapa de pan, en la cafetera humeaba café.

Se veía tremendamente sexy cocinando.

-¡Buenos días! -saludó sin volverse, mientras servía las tazas de café.

-¡Buenos días, Kakashi! -dijo la chica con timidez.

-Siéntate -Le indicó el joven, trayendo los platos a la mesa-, sandwiches de atún al estilo Kakashi, espero te guste -dijo luego poniendo las tazas de café en la mesa.

La muchacha se sentó a la mesa contenta.

-Se ven buenísimos, estoy hambrienta -comentó ella cruzando su pierna sobre la otra y tomando su sándwich,

Kakashi la miró de arriba a abajo mientras ella estaba concentrada en su comida.

-Yo también -comentó con voz grave, sentándose también a comer.

Estuvieron comiendo y conociéndose un rato y justo cuando Kakashi se terminaba su café, sonó el timbre.

-Espera un momento, iré a ver quien es -dijo el Hokage, Kioko se puso a lavar los platos.

-¡Yamato, que bueno verte! -dijo Kakashi tras abrir la puerta, sonriendo y rascándose la cabeza.

-Kakashi senpai, Koichi Sakamoto, el representante de Kioko, está buscándola, tu fuiste el último en verla...

-Dile que Kioko está bien, que está conmigo y que en un rato la llevo personalmente a su hotel -dijo Kakashi aun rascando su cabeza, sonrojado.

-¡Oh! ya entiendo, mejor no no interrumpo -dijo Yamato con una sonrisa pícara y desapareció antes de darle tiempo a Kakashi de explicarse.

Kakashi cerró la puerta, se giró y ahí estaba Kioko.

-Debo irme ya ¿cierto? -preguntó.

-Así es -dijo Kakashi.

-Pero yo no quiero irme -comentó ella.

-Y yo no quiero que te vayas -contestó Kakashi recostandose de la puerta mirándola.

Entre las Sábanas del Ninja que Copia (Kakashi Hatake +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora