¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Era un día especial para Kagami Shoyo, pues celebraba tres meses de noviazgo con Midorima Tobio, uno de sus amigos más cercanos desde la infancia. Lamentablemente, no todo saldría como esperaba. Ese día, Shoyo había planeado salir con su mejor amigo Murasakibara Tadashi y su otro amigo de toda la vida, Aomine Kei, para buscar un regalo especial para Tobio.
"Buenos días", saludó Shoyo a sus padres con entusiasmo.
"Buenos días, cariño", respondió su madre, acercándose para darle un beso en la frente antes de continuar con el desayuno.
"Buenos días. ¿Qué te tiene tan eufórico?", preguntó su padre, curioso por el entusiasmo inusual de su hijo.
"Nada, papá. ¿Por qué tendría que pasarme algo?", contestó Shoyo mientras se sentaba al lado de su padre, como de costumbre.
"No me engañas. Soy tu padre, conozco bien a mi mandarina", dijo con una sonrisa.
"¡Papá, no me digas así! Ya estoy grande, pronto entro a la preparatoria".
"Jaja, está bien. Dime, ¿qué pasa?".
"Hoy cumplo tres meses con Tobio. Kei y Tadashi me acompañarán al centro comercial para comprarle un regalo", dijo Shoyo sin reservas, sorprendiendo a sus padres con la apertura de su corazón.
"Oh, ya veo. No puedo creer que mi bebé ya tiene a alguien. ¡Cómo has crecido!", dijo su padre, entre lágrimas de nostalgia mientras le revolvía el cabello.
"Dejen de jugar, desayunen y prepárense. Tadashi llegará en media hora", ordenó tetsuya mientras se sentaba a comer junto a sus padres. La comida transcurrió con las típicas bromas de Taiga, regaños de Tetsuya y las quejas del menor sobre las bromas.
De repente, el timbre sonó, anunciando la llegada de los amigos de Shoyo.
"Hola, chicos... ¡Adiós, mamá, adiós, papá, volveré en la tarde!", gritó Shoyo mientras salía con sus amigos.
"Bien, ¿ya sabes qué le vas a comprar?", preguntó Kei.
"Aún no estoy seguro. Tal vez algunos libros de misterio; creo que ya se leyó el último que le di".
"Cierto, le encantan esos libros. Y no olvides las cosas tiernas", dijo Tadashi, recordando que solo ellos tres conocían ese gusto peculiar de Tobio.
"He visto algunas tiendas por aquí", empezó a andar Kei, seguido por Tadashi y Shoyo. Sin embargo, lo inesperado estaba a punto de ocurrir.
Mientras caminaban por el centro comercial, Tadashi vio a Tobio a lo lejos, lo cual le pareció extraño ya que había dicho que estaría en casa.
"¿No es Tobio? ¿Qué hace aquí?", dijo Tadashi, llamando la atención de los demás.
Shoyo dio un paso adelante, preparándose para lanzarse hacia su pareja, pero lo que vio lo dejó paralizado. Tobio estaba junto a otra persona, tomados de la mano y besándose.
"T-Tobio...", murmuró Shoyo, tembloroso. Tobio no se percató de su presencia y se alejó con la otra persona, dejando a Shoyo, Tadashi y Kei en un estado de shock.
"Ese maldito...", murmuró Kei, cargando a Shoyo como si fuera un bebé. El joven no se inmutó, aferrándose a Kei mientras las lágrimas comenzaban a brotar. Kei lo llevó a casa, donde Tadashi los siguió para brindar apoyo.
En la casa, Kei se sentó en el sofá con Shoyo abrazado, mientras Tadashi acariciaba su espalda.
"Tranquilo, no te preocupes. Ese tipo no merece tu dolor. Nosotros no permitiremos que esto te afecte", dijo Kei, intentando consolar a su amigo.
"Verás, Shoyo, todo saldrá bien", afirmó Tadashi. "Voy a llamar a tío Taiga. Debemos informarle de lo que ha pasado".
Kei se apartó para hacer la llamada, mientras Tadashi seguía consolando a Shoyo, que finalmente se quedó dormido en sus brazos.
"Tío Taiga, necesitamos que vengas a casa. Shoyo está mal. Encontramos a Tobio con otra persona y no sabemos cómo manejarlo", dijo Tadashi en la llamada.
"¿Qué? ¿Cómo se atreve? Estoy en camino, no se muevan", respondió Taiga, visiblemente alterado.
Cinco minutos después, Taiga llegó a la casa, con la furia apenas contenida. Kei le informó que Shoyo estaba durmiendo y que no debía despertar, mientras Taiga se dirigía a la sala.
"Ahora, ¿qué ocurrió exactamente?", preguntó Taiga, con una voz que denotaba un dolor profundo.
"Tío, cuando estábamos en el centro comercial, vimos a Tobio con otra persona. Shoyo lo vio todo y se quedó en shock. No hizo una escena, pero está muy afectado", explicó Tadashi.
"¡Ese maldito! Si no fuera por mi autocontrol, ya estaría buscando venganza", dijo Taiga, su enojo palpable. Sabía que su hijo necesitaba apoyo y que debía contenerse por él.
"Me gustaría ir a decirle personalmente a Tobio lo que pienso. Quiero confrontarlo", dijo Kei con determinación.
"Hazlo, pero ten cuidado. No quiero que te metas en problemas", dijo Taiga, aliviado de que su sobrino tuviera una forma de expresar su ira de manera más controlada.
Kei se fue a encontrar con Tobio en la cafetería donde habían acordado reunirse, dejando a Shoyo en el cuidado de Taiga y Tadashi. Mientras tanto, Shoyo permaneció abrazado a su amigo, buscando consuelo.
Poco después, en la cafetería, Kei esperaba con ansiedad. La sorpresa llegó cuando vio a Tobio entrar, sin saber lo que le esperaba.
"Kei, ¿qué haces aquí?", preguntó Tobio, nervioso al ver al rubio esperándolo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.