Capitulo 3: Paradise 24

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Tomamos camino por el parque Freedom, que además de ser un trayecto más corto, era un lugar discreto. Nadie caminaría a estas horas por el pueblo y mucho menos por el parque. Nuestros pasos eran lo único que se escuchaba en la tranquila noche.

Kate caminaba a un lado mío, mirando con precaución en todas direcciones, como si esperara que alguien saltara entre los arbustos y nos descubriera. Quinn iba a la cabeza del pequeño grupo, con April y Sarah, cada una a su lado, en el medio dos chicas que realmente no recordaba el nombre y al final nosotras dos.

—Debería estar durmiendo en mi cama, cómoda y relajada, y estoy aquí...debería matarte —Kate se ríe y se engancha de mi brazo, sonrió un poco.

—Podriamos tomar una coca cola talvez —sugiere.

—Dudo que vendan coca cola en un lugar así, seguramente de sus canillas solo sale alcohol en lugar de agua.

Pasando el parque comienzo a sentir calor, me saco la campera y se la doy a Kate, habia notado como temblaba bajo su suéter de lana. Solo quedan unas pocas cuadras para llegar, adelante una mirada desafiante me hace suspirar y me mantengo callada, pensando en que puede suceder al llegar.

Paradise 24 no es un lugar asqueroso u horrible como podría pensarse al hablar de un bar de este tipo, al contrario, es un lugar bastante agradable. Se ubica a un costado de la carretera, justo al final del pueblo, un poco separado, hay que caminar unos 100 metros para llegar. Es un bar de dos pisos, que sirve como hostelería con unas pequeñas habitaciones arriba para las personas que están de paso, abajo, tiene un bar, con algunos entretenimientos para pasar el rato.

Nuestros pies están llenos de polvo, el camino de tierra a un costado de la carretera es polvoriento y seco, con cada paso que damos se levanta una pequeña nube marrón que tiñe nuestras ropas. Nos agachamos detrás de una valla y entre las maderas observamos el lugar. Afuera hay como mínimo 30 motocicletas, se escucha música rock salir de las ventanas de madera y el ocasional ruido de risas y vasos chocando.

Miramos el lugar atentas, durante unos minutos, observando como dos hombres salen a fumar y charlan, recargados en la baranda de madera en la entrada de Paradise 24. Luego de unos minutos tiran sus cigarrillos al suelo, lo pisan con sus botas y vuelven a entrar.

—Bueno, yo creo que ya vimos suficiente, así que Kate, vámonos —me levanto y sacudo mis pantalones, queriendo sacar toda la tierra posible. Kate me mira indecisa, señalo sobre mi hombro al pueblo atrás nuestro— vamos, realmente no quiero problemas, ya demostraste lo que sea que querías demostrar.

Las luces del enorme cartel de neón se reflejaba en nosotras, los rostros de las chicas se teñían de azul y luego de rojo, todas mirándome fijamente.

—Vamos Bucky, ¿no querrás irte ahora no? —Quinn habla, detrás de ella las demás comienzan a murmurar, de acuerdo a lo que dice —, seguramente quieres irte porque tienes miedo.

Es como una serpiente venenosa, preparándose para morder.

—No tengo miedo, solo no tengo la estúpida necesidad de demostrar algo ante ti —volteo para regresar, me alivio al ver que Kate se levanta y se coloca a mi lado.

—De donde habrá heredado lo cobarde, apuesto a que tengo una idea —y ahí está su mordida, vamos, insultar a la madre de alguien es tan básico, pero tan eficiente a la vez.

Se escuchan risas amortiguadas, y la pequeña chispa que se necesitaba para hacerme enojar se prendió como pólvora.

Miro sobre mi hombro y automáticamente quedan en silencio, Quinn sostiene mi mirada, con un gesto petulante y superior.

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