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Lobby era una coctelería exclusiva de la calle Bloor. Jungkook, siempre fiel a la obra de Dante, se refería al local como "El vestíbulo" y se imaginaba que los parroquianos eran como los paganos virtuosos que pasaban la eternidad en la versión de Dante del limbo. Aunque, en realidad, muchos de mis clientes de Lobby tenían más en común con los habitantes de varios de los círculos del infierno.
A jungkook no le apetecía ir allí con taehyung, mucho menos con Jimin, ya que Lobby era su terreno de caza. El lugar adonde iba a satisfacer sus apetitos. En ese sitio lo conocía demasiada gente, o al menos conocía su fama. Tenía miedo de lo que pudieran decir unos labios rojizos liberados por el alcohol.
Pero al menos en Lobby estaría en su terreno, podría tratar de controlar el entorno. De ninguna manera se arriesgaría a llevar a Jimin y a taehyung a un local que no pudiera controlar. Por una noche cambiaría de papel. Dejaría de ser Dante y se convertiría en Beowulf, sería un guerrero en vez de un poeta. Llevaría la espada en la mano y mataría al monstruoso Grendel y a todos sus parientes si se atrevían siquiera a mirar a cualquiera de los dos jóvenes a su cargo. Sabía que era muy hipócrita por su parte, pero no le importaba. Esa noche sería una tortura, pero haría cualquier cosa para que Jimin estuviera contento...
Cuando éste y taehyung salieron del taxi tras él, los tres se dirigieron a la entrada del club, dónde había una larga fila de gente que quería entrar. Ignorando la fila, jungkook se acercó al guardia de seguridad, un hombre gorila calvo afrocanadiense, con diamantes en las orejas. El hombre lo saludó estrechándole la mano formalmente.

— Señor jeon.

— Jimmy fallow, quiero presentarte a mi hermano Jimin y a su amigo taehyung

Dijo señalándolos, el vigilante los saludó con una inclinación de cabeza y se apartó para dejarlos pasar.

— ¿Cómo ha hecho eso?

Susurró taehyung al odio de Jimin, mientras entraban en un espacio moderno y elegante, decorado en rojo y dorado.
Con mesas personalizadas y con tubo para bailes tanto para chicas como para chicos.

— Al parecer mi hermano está en la lista de los VIP. No preguntes.

Respondió Jimin, arrugando su nariz.
Jungkook los siguió hacía la parte trasera del club, una área exclusiva dónde había reservado sitio, llamada
<<El salón blanco>>, que debía su nombre a su decoración monocromática. Los menores se sentaron en un banco largo acolchado y se acomodaron entre los cojines forrados de armiño. Desde su mirador privilegiado se veía la pista de baile, situada en el centro, con acceso privado a todos los reservados. En ese momento todavía no había nadie bailando.
Jimin dedicó una mirada de admiración a su protégée .

— Taehyung está precioso ¿ No crees, jungkook? Espectacular.

Taehyung se ruborizó mucho más de lo habitual y acabó de un color parecido al carmesí.

— Jimin, por favor.

Susurró el pelirrojo , jugando con el dobladillo de la camisa que llevaba puesta y algo nervioso.

— ¿ Que pasa?

Insistió su pequeño amigo, fulminando con la mirada a su hermano, que le estaba lanzando a su vez una mirada de advertencia.

— ¿ Está guapo o no está guapo?

— Los dos están muy bien

Dijo jungkook, no admitiendo nada y cambiando de postura como si le doliera algo.
Taehyung negó con la cabeza discretamente, reprendiéndose. Se preguntó por qué seguía importándole su opinión y por qué le costaba tanto a aquel hombre ser agradable.
A su lado Jimin se encogió de hombros. Era el dinero jungkook. Si a él no le importaba gastarse casi dos mil dólares para que taehyung estuviera guapo, ¿ Quién era él para objetar nada?
El problema era que le daba rabia ser incapaz de conseguir que su hermano reaccionara, así que decidió provocarlo un poco .

LA MAYOR TENTACIÓN DE JUNGKOOK (kookv) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora