17 ; Euforia.

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La mañana siguiente, Taeyong despertó debido a los molestos rayos de sol que se colaban por su ventana y daban de lleno en su rostro. Y sintiendo su rostro arder por el contacto, se levantó con pereza de su cama y se dirigió al baño de la habitación. Al encender la luz y encontrarse con su reflejo en el espejo, maldijo en voz baja tras notar cómo éste se encontraba rojo y poseía pequeñas marcas de la almohada. Con cuidado, prosiguió a lavarlo con agua fría para luego secarlo y una vez que sintió bajar la temperatura, se colocó algo de crema hidratante con delicadeza. A veces realmente llegaba a odiar lo sensible que era su piel al sol.

"¿Taeyong-ah? ¿Aún duermes?"

Al escuchar la voz de la mayor, abandonó el baño y se encaminó hasta la puerta de entrada a su habitación, al abrirla, Joohyun le dedicó una sonrisa.

"Oh, ¿te desperté?"

"No, desperté hace un momento".

"Bien, la comida ya está lista. Deberías bajar, Mark es aún más tímido sin tu presencia".

Ante la mención del menor, el pelinegro recordó lo sucedido por la noche, y de forma casi automática, sonrió sin mostrar dientes.

"Sí, gracias. Iré en un momento".

Joohyun se vió extrañada por la respuesta del menor, más no mencionó nada al respecto y con una sonrisa se fué del lugar.

Taeyong cerró la puerta al verla irse, y con una desconocida sensación dentro de sí, se cambió la ropa que usaba de pijama por algo más acorde al clima. A través de la ventana de su habitación que daba directo a la playa, pudo observar como el sol brillaba con intensidad. La primavera era de sus estaciones menos favoritas por muchas razones, y el hecho de que el tiempo fuera tan cambiante era una de ellas (claro, sin mencionar las insoportables alergias que traía aparejadas con su llegada). Aunque nada de ésto pareció importarle mientras se dedicaba a acomodar el bolso con sus pertenencias debido a que después de comer debían viajar a la estación de trenes de Busan para volver a Seúl. Ante el pensamiento, deseó no tener que hacerlo. Se sintió extraño, ya que tiempo atrás se veía a sí mismo negándose rotundamente a volver a poner un pie en aquella casa, pero allí se encontraba, deseando poder pasar más tiempo en ella junto a Mark. Involuntariamente, un ligero e insonoro suspiro abandonó sus finos labios al pensar en él. Quería verlo.

Y segundos más tarde, se encontraba bajando las escaleras a paso lento con un creciente nerviosismo instalándose dentro de sí. Por alguna razón, el pensar en volver a ver al canadiense luego de que ambos se despidieran torpemente después de aquel beso, lograba ponerle los nervios de punta.

Una vez en los últimos escalones, pudo escuchar las voces de ambos adultos en murmullos poco entendibles, y temiendo que llegaran a incomodar al menor con sus preguntas, aceleró el paso hasta encontrarse en la sala de estar.

"¿Ya sabes que estudiar-" el mayor interrumpió sus propias palabras para dedicarle una pequeña sonrisa al recién llegado, logrando con su acción que Joohyun y el rubio sentado a su lado se voltearan a verlo. Al encontrarse con sus ojos, Mark se volteó rápidamente, evitando su mirada. Como acto seguido, tomó el vaso que se encontraba frente a él y bebió todo su contenido en un trago. Al instante se encontraba tosiendo por su torpe accionar, y con Joohyun palmeando ligeramente su espalda al mismo tiempo que le preguntaba repetidas veces si se encontraba bien.

"Buenos días" murmuró ignorando el hecho de que había sido prácticamente evitado por el menor, y tomó asiento junto a su padre. De forma casi inmediata, notó la ausencia de Dongyoung, y sin dudarlo, se atrevió a preguntar por él. "¿Y Dongyoung?"

"Oh, eso" la pelinegra se apresuró a contestar, y antes de continuar, tomó un poco de agua. "Dongyoungie no se sentía bien, por lo que lo llevamos hasta la estación temprano en la mañana. Me pidió que me disculpara con ustedes en su nombre por no poder quedarse más tiempo, pero que esperaba poder verlos nuevamente".

One Step Closer - Yongmark.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora