Cincuenta y cuatro. (I/II)

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El automóvil se detuvo enfrente de las puertas de la escuela secundaria "Westlake line."

La castaña observo con el ceño fruncido como los alumnos bajaban de los autos de sus respectivas y se dirigían al interior de las instalaciones tomados de la mano.

-Aun no entiendo como no dejaste que Lolo pasara por mi.- le pregunto a Robert cruzándose de brazos.

El hombre se pellizco el puente de la nariz. -Me perdí catorce años de tu vida y ahora que estás conmigo quiero cambiar eso. Quiero estar presente en cada momento de tu vida.- sus dedos bailaron en el volante y su mirada se dirigió a la de su hija. -Ella no me puede quitar a lo más preciado que tengo en la vida.-

Camila rio por lo bajo. -Solo es mi novia Robert, no me va a secuestrar.-

-Da lo mismo.- se giró del asiento y puso una mano sobre la de su hija. -La regla de cenicienta, vuelves a casa antes de la medianoche.-

La morena rodo los ojos. -¿Me puedo quedar un rato más?

-No.- sonrió. -Espero que aun vuelvas virgen a la casa, si no tendrás que ir con Ally a la iglesia.-

La chica se sonrojo al instante.

-Es broma.- rio. -Diviértete.- se estiro hasta poder abrir la puerta del lado del copiloto.

-Adiós papá.- dijo dándole un rápido beso en la mejilla y bajándose del auto.

Robert Forrester se sintió feliz.

Por primera vez en años ella lo había llamado papá.

Lauren no está completamente segura de sí su novia iría o no.

Se encontraba con sus amigas hablando de varios temas a la vez, pero ella no estaba escuchando. Ella estaba sumida en sus pensamientos, volteando a la puerta cada cinco minutos para ver si lograba distinguir los ojos chocolate de la chica.

-Tierra llamando a Lauren, ¿estás ahí?- la morena hizo señas para captar la atención de su amiga.

-¿Ah?

-Déjala Mani, está enamorada de la puerta. Es por eso que no deja de verla cada rato.- la más alta sonrió burlonamente.

Lauren agarro un vaso desechable rojo y lo lleno del ponche "especial" que la maestra Olivia había preparado. Dio un largo trago hasta acabarse el contenido de este y se sirvió otra vez.

Sus amigas le dirigieron una mirada extraña.

-¿Qué?- pregunto limpiándose la comisura de los labios al acabarse el segundo vaso.

-¿Estas nerviosa?- pregunto Ally.

-Más que nerviosa.- Lauren no sabía a qué se debía ese nerviosismo. Ella nunca se había puesto así, ni siquiera cuando acompaño a William a la boda de su hermana hace algún tiempo. Tal vez era porque nunca estuvo enamorada de él, solo era una gran atracción mezclada con alcohol. -Ella me hace sentir cosas que jamás había sentido por alguien y sé que llevamos dos meses juntas pero realmente la amo.-

-Camren feels.- Dinah puso una mano sobre su pecho. -Por cierto... ¿Dónde está Mila?-

Y casi como por arte de magia una figura vestida de negro apareció en las puertas del gimnasio.

Lauren casi escupió su cuarto vaso de ponche al verla con ese vestido negro.

-Oh.

-Por.

-Dios.

-Cierren la boca niñas, esa es mi chica.- la ojiverde lanzo una media sonrisa y se dirigió a recibir a su novia.

El silencio que dejo la partida de Lauren fue interrumpido por Normani.

-¿Ese no es el ponche al que Austin y sus amigos le vaciaron una botella de Vodquila?

Dinah rodo los ojos. -¿Por qué todos están obsesionados con esa bebida?-

-No lo sé, pero de algo estoy segura... Hoy tendremos que soportar a una Lolo borracha-

-Santa mierda.- mascullo Ally.

-Y se supone que eres la santa.- Normani dio una mordida a un bocadillo a base de pan y jamón.

-Ir a la iglesia no me hace más santa que ustedes.- la menor guiño un ojo.

-Te apuesto cincuenta dólares a que Camila y Lauren tienen sexo esta noche.- Louis acomodo la corbata de su novio y sonrió.

-Trato hecho.- el mayor le deposito un suave beso en los labios.

-Llegaste tarde.- murmuro Lauren con una sonrisa en los labios.

-Pensé que me dirías algo más lindo que eso.- Camila envolvió sus brazos alrededor de Lauren y comenzó a moverse conforme el ritmo de "Let her go." -Me gusta cómo se te ve el cabello de negro. Resalta tus ojos.-

La ojiverde se sonrojo de inmediato. -Gracias. A me gusta cómo te ves hoy.- "Y siempre."

-La combinación del rojo y tu chamarra de cuero te quedan sexy.- recargo su cabeza en el cuello de la mayor. "De hecho, tu siempre te ves sexy."

Antes de que Lauren pudiera decir algo la voz de Amanda resonó por todo el gimnasio.

-¡Holo compañeros!-levanto su vaso en forma de saludo y por poco se cae. La chica rio un poco antes de dar otro trago a su vaso. -Antes de que puedan seguir festejando este día que no tiene nada de especial, anunciaremos a los reyes del invierno. ¡Wu!- se podía ver con claridad que la chica había estado tomando.

Subió sus lentes con un movimiento parecido a un personaje de anime. -Los nominados son: Lauren Jauregui y Camila Cabello. ¡Wu Camren es real perraaaas!- el director Brent le lanzo una mirada llena de ira. -Si usted se calma calvito, yo me calmo.- la castaña sonrió.

Según le contaron a Camila, Amanda Decker era una de las chicas más inocentes de todo el colegio, ella no maldecía, no tomaba las cosas con doble sentido y era una chica extremadamente inteligente.

Cuando se topaban en los pasillos ella solía saludarla con una sonrisa y después seguía caminando con sus amigos. Casi siempre vestía camisas a cuadros, jeans, tenis y un gorro de lana. Estaba pasada un poco de peso y la mayoría de las veces tenía el cabello recogido en una coleta.

Ahora ella se veía diferente. Con ese vestido blanco y su cabello planchado, la chica era totalmente ardiente.

Las apariencias engañan.

-¿En que estaba?- la chica volvió hablar. -Ah sí... Louis Trent y Harry Stanford. Si no fueran pareja les daría duro.- pensó en voz alta. -Y por último, William Cox y Melanie Constanza.- sonrió ampliamente. -Los que mencione pasen acá conmigo.-

Pobre Amanda, tal vez ella termine siendo víctima de burlas regresando de vacaciones.

Las tres parejas pasaron a la plataforma de madera.

-Los reyes o reinas del baile anual de invierno son...- se quedó unos segundos en silencio. -¡YO!- soltó una larga y estrepitosa carcajada.

El gimnasio entero quedo sumido en un silencio sepulcral, solo se escuchaba una persona toser.

Amanda termino de reír y se secó una lágrima. -Mentira. ¡Los reyes de este año son nada más y nada menos que Lauren y Camila!-

Dos chicos pasaron con un par de coronas hechas de plástico y adornadas con brillantes falsos, se las pusieron en la cabeza a ambas chicas.

El gimnasio entero estalló en aplausos y gritos.

Pero de la nada se logró escuchar una gran carcajada sarcástica y el taconeo de alguien.

-Nunca pensé que lograría ver esto en persona.-

Una joven cubierta de tatuajes miraba directamente a la pareja con una sonrisa socarrona y aplaudiendo sin ánimos.

-¿Me extrañaste amor?-

[Ella.] | Camren au. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora